El presidente peruano, Ollanta Humala, enfrenta su peor crisis a un año de terminar su mandato, luego de que el Congreso censuró a su primera ministra y le obligó a buscar un reemplazo que debe ser validado por un Parlamento donde no tiene mayoría.

Ana Jara fue censurada por 72 votos a favor, 42 en contra y dos abstenciones, decisión que obliga a Humala a renovar por séptima vez a su primer ministro en cuatro años de gestión debido a diversas crisis políticas, pero en las ocasiones anteriores no hubo censura por parte del Congreso.

Al empezar Humala su quinto y último año en el gobierno, previo a las elecciones generales, se ha tensado el clima político e intensificado las protestas sociales.

La hasta ahora primera ministra es considerada responsable política del rastreo a legisladores, periodistas, empresarios y centenares de ciudadanos por parte del servicio de inteligencia. “Doy gracias al señor Jesús por haberme dado la oportunidad de servir al país desde el Ejecutivo. Es una honra que el Congreso me censure”, dijo Jara en su cuenta de Twitter.

Humala tiene 72 horas para aceptar la renuncia y buscar reemplazo.

Rastreo a políticos

El 19 de marzo, la revista Correo Semanal difundió un archivo digital con la lista de diversas personalidades peruanas que habrían sido investigadas por agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), entre ellas políticos y sus familiares, periodistas, empresarios y miles de ciudadanos.

Tras revelarse el caso, Jara, quien en julio cumplía un año en el cargo, fue citada al Congreso, donde informó que pidió una investigación fiscal y detalló que la búsqueda de datos se remontaba por lo menos a dos gobiernos previos.

El gobierno dispuso a inicios de febrero el cierre temporal de la DINI, entidad acusada de espiar tanto a autoridades de gobierno como a opositores.

Panorama complicado

La decisión del Congreso obliga también al resto de los ministros a poner sus cargos a disposición, aunque pueden ser ratificados por el nuevo jefe del gabinete.

El desgaste del gobierno y la falta de cuadros políticos en la recta final, harían difícil al mandatario conseguir una figura de consenso.

En caso de que el Congreso rechace al primer ministro reemplazante, el presidente deberá convocar a otro y si el congreso lo vuelve a censurar, el mandatario tiene la facultad de disolver el Parlamento y convocar a elecciones legislativas.

En febrero, y también bajo amenazas de censura, Humala debió cambiar a cinco de sus ministros para calmar el clima político y tender puentes con la oposición.

Entre ellos sacrificó a su popular ministro del Interior, Daniel Urresti, quien admitió el uso de armas letales para reprimir una protesta contra la compañía Pluspetrol, donde murió un manifestante y decenas resultaron heridos en la localidad selvática de Pichanaki.

El panorama para Humala, que cuenta con un 22% de aprobación, se complica además porque su esposa y líder del gobernante Partido Nacionalista, Nadine Heredia, es investigada por lavado de activos, al igual de que su principal aliado, el ex gobernante Alejandro Toledo.

Paralelamente, el gobierno de Humala ha debido enfrentar una serie de protestas principalmente contra la industria de extracción de recursos naturales, importante actividad productiva del país, con nativos que reclaman una retribución por el uso de sus tierras y denuncias por daños al medio ambiente.

La ministra Jara ha tenido una participación activa en la mediación de conflictos, logrando apaciguar algunos de ellos en la Amazonia. Se esforzó además por tender diálogos con la oposición.

La caída de Jara acaparó las portadas de los diarios de la capital. El Comercio titula “Congreso censura a Jara por seguimiento de la DINI”, mientras que La República señala “Congreso tumbó a Premier Ana Jara”.

El analista político Juan de la Puente, señaló que el gobierno del presidente Ollanta Humala está más aislado del ciclo democrático 2000-2015 y esa soledad no es solo parlamentaria. La votación de ayer (lunes) confirma que este ya es un gobierno de transición”.

Por su parte, el constitucionalista Aníbal Quiroga sostuvo en declaraciones a la radio RPP que “no es una buena señal que se han dado, pero es parte de este juego democrático” y agregó que hay cierta inquietud porque la censura “genera un nivel de crisis de desconfianza sobre la estabilidad política porque algunos ministros van a cambiar”.

Perú, el quinto mayor productor mundial de oro, registró un crecimiento económico de 2,35% en 2014, el menor en cinco años, golpeado por un retroceso en minería y pesca, sus principales actividades productivas.

Esta es la tercera vez que el Congreso peruano censura a un primer ministro en los últimos cien años.