Filarmónica de Santiago rinde hermoso homenaje al compositor finés Jean Sibelius

Konstantin Chudovsky, foto de Patricio Melo, TMS (c)
Konstantin Chudovsky, foto de Patricio Melo, TMS (c)
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El maestro ruso Konstantin Chudovsky, titular del conjunto, volvió a conducir a la Orquesta Filarmónica de Santiago, en el segundo concierto de la Temporada 2015, en el Teatro Municipal de Santiago, ocasión en que se programaron obras del compositor chileno Andrés Maupoint, del ruso Piotr Ilich Tchaikovsky y del finés Jean Sibelius.

El concierto destacó nitidamente un homenaje al compositor finés Jean Sibelius, en conmemoración de sus 150 años, interpretando su delicada Sinfonía número uno, en mi menor, opus 39, obra que ha sido definida como “la música de un joven gigante, lleno de un amor intenso por su país y una resistencia ardiente contra sus opresores”.

Particularmente debe destacarse la conjunción de la música del finlandés, entre lo romántico y lo heroico. Su comienzo con un solo de clarinete, una verdadera elegía a la que suceden una de serie de momentos románticos muy finos, mezclados con vibrante toques efectistas, de gran participación de bronces y percusión.

Sibelius nació en el seno de una familia acomodada, que lo destinó al estudio del derecho No obstante, sintió pronto la atracción de la música, decantándose en primera intención por el estudio del violín a la edad de 15 años y más adelante, de una forma natural, a plantearse la composición, como su verdadera vocación. Esta inquietud lo hizo ir a Berlín y a Viena, para completar su fomación, que le llevaría a ser la primera figura del nacionalismo finlandés, traspasando los ámbitos puramente estéticos y musicales, al convertirse muchas de sus obras, en auténticos himnos patrióticos, como es su famoso poema “Finlandia”.

El 26 de abril de 1899, en la Universidad de Helsinski, Jean Sibelius dirigió el estreno de su Primera Sinfonía, opus 39, obteniendo gran éxito. En ella, se pueden apreciar influencias románticas al uso, junto a apuntes personales, que habrían de confirmarse en obras posteriores y que serían las señas de identidad de la música del compositor: ímpetu apasionado, contraste de atmósferas sonoras, rupturas de tonalidades, complejas armonías con énfasis en lo primitivo y cierto temperamento latino.

A continuación se programó una obra de Tchaikovsky, el compositor a quien se ha dedicado esta temporada de la Filarmónica: las “Variaciones sobre un tema Rococó” para cello y orquesta, en que participó como solista, el músico austríaco Martin Rummel, con una correcta interpretación, que fue de menos a más.

Desde alrededor de 1990, Rummel, de 41 años, ha estado llevando a cabo una gran carrera a nivel internacional como solista y músico de cámara. Se ha presentado en escenarios de Europa, Asia, Oceanía y los Estados Unidos, tales como la Konzerthaus y el Musikverein de Viena , el Brucknerhaus en Linz, el Tonhalle Düsseldorf de Alemania y el Centro de Krannert para las Artes Escénicas en Urbana.
Rummel ha participado en incontables estrenos mundiales y nacionales, como solista de eminentes compositores, tales como Howard Blake , Alfred Schnittke y Sofia Gubaidúlina.

Inicialmente los músicos de la Filarmónica brindaron la producción nacional, “Cinco imágenes para orquesta”, de Andrés Maupoint, aportando gran coordinación y seriedad de ejecución de cada instrumentista.

Maupoint, autor nacional de 47 años, estudio Licenciatura en Artes con mención en Interpretación Musical en la Universidad de Chile. Posteriormente, realizó estudios de composición en Alemania y Francia. Ha obtenido importantes premios en Concursos en Suiza, Alemania y España y ha compuesto numerosas obras.

Como pianista y compositor, este músico ha realizado conciertos en importantes salas de Alemania, Rusia y Argentina, entre otras. También ha participado en festivales y producciones de discos. En la actualidad vive entre Alemania y Chile, siendo profesor de Composición en la Facultad de Artes Centro, de la Universidad de Chile.

Una vez más, el joven maestro Chudovsky, exhibió su gran calidad de director y su dominio de las distintas fases musicales de las composiciones que conduce, con el plus de su gran capacidad de memoria y su sobriedad

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El maestro ruso Konstantin Chudovsky, titular del conjunto, volvió a conducir a la Orquesta Filarmónica de Santiago, en el segundo concierto de la Temporada 2015, en el Teatro Municipal de Santiago, ocasión en que se programaron obras del compositor chileno Andrés Maupoint, del ruso Piotr Ilich Tchaikovsky y del finés Jean Sibelius.

El concierto destacó nitidamente un homenaje al compositor finés Jean Sibelius, en conmemoración de sus 150 años, interpretando su delicada Sinfonía número uno, en mi menor, opus 39, obra que ha sido definida como “la música de un joven gigante, lleno de un amor intenso por su país y una resistencia ardiente contra sus opresores”.

Particularmente debe destacarse la conjunción de la música del finlandés, entre lo romántico y lo heroico. Su comienzo con un solo de clarinete, una verdadera elegía a la que suceden una de serie de momentos románticos muy finos, mezclados con vibrante toques efectistas, de gran participación de bronces y percusión.

Sibelius nació en el seno de una familia acomodada, que lo destinó al estudio del derecho No obstante, sintió pronto la atracción de la música, decantándose en primera intención por el estudio del violín a la edad de 15 años y más adelante, de una forma natural, a plantearse la composición, como su verdadera vocación. Esta inquietud lo hizo ir a Berlín y a Viena, para completar su fomación, que le llevaría a ser la primera figura del nacionalismo finlandés, traspasando los ámbitos puramente estéticos y musicales, al convertirse muchas de sus obras, en auténticos himnos patrióticos, como es su famoso poema “Finlandia”.

El 26 de abril de 1899, en la Universidad de Helsinski, Jean Sibelius dirigió el estreno de su Primera Sinfonía, opus 39, obteniendo gran éxito. En ella, se pueden apreciar influencias románticas al uso, junto a apuntes personales, que habrían de confirmarse en obras posteriores y que serían las señas de identidad de la música del compositor: ímpetu apasionado, contraste de atmósferas sonoras, rupturas de tonalidades, complejas armonías con énfasis en lo primitivo y cierto temperamento latino.

A continuación se programó una obra de Tchaikovsky, el compositor a quien se ha dedicado esta temporada de la Filarmónica: las “Variaciones sobre un tema Rococó” para cello y orquesta, en que participó como solista, el músico austríaco Martin Rummel, con una correcta interpretación, que fue de menos a más.

Desde alrededor de 1990, Rummel, de 41 años, ha estado llevando a cabo una gran carrera a nivel internacional como solista y músico de cámara. Se ha presentado en escenarios de Europa, Asia, Oceanía y los Estados Unidos, tales como la Konzerthaus y el Musikverein de Viena , el Brucknerhaus en Linz, el Tonhalle Düsseldorf de Alemania y el Centro de Krannert para las Artes Escénicas en Urbana.
Rummel ha participado en incontables estrenos mundiales y nacionales, como solista de eminentes compositores, tales como Howard Blake , Alfred Schnittke y Sofia Gubaidúlina.

Inicialmente los músicos de la Filarmónica brindaron la producción nacional, “Cinco imágenes para orquesta”, de Andrés Maupoint, aportando gran coordinación y seriedad de ejecución de cada instrumentista.

Maupoint, autor nacional de 47 años, estudio Licenciatura en Artes con mención en Interpretación Musical en la Universidad de Chile. Posteriormente, realizó estudios de composición en Alemania y Francia. Ha obtenido importantes premios en Concursos en Suiza, Alemania y España y ha compuesto numerosas obras.

Como pianista y compositor, este músico ha realizado conciertos en importantes salas de Alemania, Rusia y Argentina, entre otras. También ha participado en festivales y producciones de discos. En la actualidad vive entre Alemania y Chile, siendo profesor de Composición en la Facultad de Artes Centro, de la Universidad de Chile.

Una vez más, el joven maestro Chudovsky, exhibió su gran calidad de director y su dominio de las distintas fases musicales de las composiciones que conduce, con el plus de su gran capacidad de memoria y su sobriedad