La Cámara de Diputados de Argentina aprobó la madrugada de este jueves el proyecto de ley que crea una nueva agencia de inteligencia, luego de los cuestionamientos al servicio de espionaje tras la misteriosa muerte de un fiscal que presentó una grave denuncia contra la presidenta Cristina Fernández.

Por 131 votos a favor, contra 71 votos en contra, el oficialismo aprobó en la Cámara de Diputados el proyecto del Poder Ejecutivo que propone la disolución de la Secretaría de Inteligencia (SI) y su reemplazo por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).

Fernández envió el mes pasado la reforma al Congreso -controlado por el oficialismo- tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, hallado en su departamento de Buenos Aires con un balazo en la cabeza el 18 de enero.

El punto que generó más controversias en el debate establece que la Dirección de Observaciones Judiciales, la dependencia encargada de hacer las escuchas telefónicas, estará a cargo de la Procuración General de la Nación, hoy bajo responsabilidad de Alejandra Gils Carbó, a la que acusan de responder al Gobierno.

Sobre este tema, la diputada oficialista Diana Conti dijo que con esta ley las escuchas telefónicas quedarán subordinadas “totalmente al poder político y al poder judicial”, retirándole a la antigua secretaría “la tarea fundamental para que el contubernio entre los agentes y el Poder Judicial deje de existir”, indicó.

Aunque la reforma de los servicios de inteligencia argentinos, conocidos por extorsionar con una red de escuchas telefónicas a jueces, fiscales y hombres de poder, era reclamada por la mayoría de la oposición, la iniciativa de la presidenta fue ampliamente rechazada por sus detractores por considerar que estaba desviando el eje del debate tras la muerte de Nisman.

La sesión empezó el miércoles con un minuto de silencio por Nisman a pedido de la oposición, y luego aplausos impulsados por el oficialismo por el natalicio de Néstor Kirchner (2003-2007), el líder fallecido en 2010 a los 60 años.

La muerte del fiscal se produjo cuatro días después de haber acusado a la presidenta y a otros funcionarios de encubrir a ex gobernantes iraníes por el atentado a la mutual judía AMIA de 1994 que dejó 85 muertos y 300 heridos y que lleva más de 20 años en la impunidad.

El gobierno puso la lupa en el poderoso exagente de inteligencia Antonio ‘Jaime’ Stiuso, estrecho colaborador de Nisman e ingresado al servicio de inteligencia argentino en 1972.

Stiuso había sido destituido en diciembre pasado junto a la cúpula de inteligencia cuando Fernández disolvió la ex Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).

El martes, el Ejecutivo lo acusó junto a otros espías por un contrabando millonario.