Celso López ofrece gran interpretación de obra maestra para cello estrenada por la Sinfónica

Celso López- Ceac U.Chile
Celso López- Ceac U.Chile
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El solista en cello de la Orquesta Sinfónica de Chile, Celso López, fue la figura resaltante del 19° Concierto de la Temporada internacional de la Orquesta Sinfónica de Chile “Destellos Franceses”, dirigido por el maestro israelí Doron Salomon, en el Teatro del CEAC, ex teatro Universidad de Chile, de Plaza Italia.

López fue el solista de la obra “Tout un monde lontain” (“Todo un mundo lejano”), del compositor francés Henri Dutilleux, escrita para el gran cellista ruso Mestislav Rostropovitch, quien la estrenó en 1970.

Talento, delicadeza y entrega ofreció López en esta aplaudida obra, que el intérprete califica como “una obra extraordinaria que había deseado tocar desde hacía mucho tiempo, anhelo que por fin se vio cumplido con este estreno en Chile”.

A su vez, añadió que “por diversas razones, “Tout un monde lontain” no pudo hacerse antes, y que ahora le correspondió estrenarla con el autor fallecido hace poco más de un año, lo que se convertido en “una especie de merecido homenaje póstumo no planificado”.

Celso López, definió a Henri Dutilleux como “uno de los compositores más importantes de la segunda mitad del Siglo XX, desgraciadamente poco conocido en nuestro medio, pero sin duda de gran importancia en Francia y Europa”.

“Su concierto para cello reúne las características propias de toda su obra como son la influencia de Ravel, Debussy y principalmente de la literatura romántica francesa del Siglo XIX. De hecho la partitura de esta obra lleva, en cada uno de sus cinco movimientos y también por título, fragmento del poema de Charles Baudelaire “La Chevelure” (“La Cabellera”), que pasara a formar parte de “Les fleurs du mal” (“Las flores del mal”), de quien Dutilleux reconoció como una de sus mayores influencias”, explicó.

El programa “Destellos franceses”, incluyó además las obras “Rugby” de Arthur Honegger; “Phaeton” de Camille Saint-Saëns y “Rapsodia Española” de Maurice Ravel.

El director Doron Salomon se refirió a la obra “Phaeton” de Camille Saint-Saëns señalando que “hay melodías encantadoras que son muy transparentes y requieren control supremo y ligereza.” Compartimos sus palabras. Se trata de una composición alegre, con el sello particular del autor galo, muy melódico y descriptivo en cualquier ritmo que le pidan.

En cuanto al comienzo de la presentación, habría que señalar que después de iniciar su aprendizaje musical en el Conservatorio de Zurich, el compositor suizo Arthur Honneger, realizó sus estudios de violín, armonía, contrapunto, fuga y dirección orquestal en el Conservatorio de París, en Francia, donde perteneció al grupo de “Los Seis”.

Según sus propias palabras en su obra “Rugby”, “trato de expresar en mi propio idioma musical el reflujo y flujo del juego, el ritmo y el color de un partido en el Estadio de Colombes.” Una obra breve, de sólo 8 minutos, muy moderna y con un buen trabajo de las cuerdas, especialmente en los agudos.

Todo culminó con la consagrada “Rapsodia Española” de Maurice Ravel, muy conocida y con un “feeling” especial, que se ha convertido en una pieza emblemática de este gran y original autor, en la cual expresa su cercanía con España dada la nacionalidad de su madre, quien era vasca y había residido un tiempo en Madrid. La obra fue compuesta en 1907 y estrenada un año después en el Teatro Chatelet de París.

En resumen, una combinación de obras que recuerdan a la música francesa y que ayudan a difundir composiciones poco conocidas que agradaron el paladar musical de los asistentes a este interesante espectáculo. Una vez más, una muy buena presentación de la Orquesta Sinfónica de Chile, y un reconocimiento para el talentoso y amable director israelí que la condujo.

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El solista en cello de la Orquesta Sinfónica de Chile, Celso López, fue la figura resaltante del 19° Concierto de la Temporada internacional de la Orquesta Sinfónica de Chile “Destellos Franceses”, dirigido por el maestro israelí Doron Salomon, en el Teatro del CEAC, ex teatro Universidad de Chile, de Plaza Italia.

López fue el solista de la obra “Tout un monde lontain” (“Todo un mundo lejano”), del compositor francés Henri Dutilleux, escrita para el gran cellista ruso Mestislav Rostropovitch, quien la estrenó en 1970.

Talento, delicadeza y entrega ofreció López en esta aplaudida obra, que el intérprete califica como “una obra extraordinaria que había deseado tocar desde hacía mucho tiempo, anhelo que por fin se vio cumplido con este estreno en Chile”.

A su vez, añadió que “por diversas razones, “Tout un monde lontain” no pudo hacerse antes, y que ahora le correspondió estrenarla con el autor fallecido hace poco más de un año, lo que se convertido en “una especie de merecido homenaje póstumo no planificado”.

Celso López, definió a Henri Dutilleux como “uno de los compositores más importantes de la segunda mitad del Siglo XX, desgraciadamente poco conocido en nuestro medio, pero sin duda de gran importancia en Francia y Europa”.

“Su concierto para cello reúne las características propias de toda su obra como son la influencia de Ravel, Debussy y principalmente de la literatura romántica francesa del Siglo XIX. De hecho la partitura de esta obra lleva, en cada uno de sus cinco movimientos y también por título, fragmento del poema de Charles Baudelaire “La Chevelure” (“La Cabellera”), que pasara a formar parte de “Les fleurs du mal” (“Las flores del mal”), de quien Dutilleux reconoció como una de sus mayores influencias”, explicó.

El programa “Destellos franceses”, incluyó además las obras “Rugby” de Arthur Honegger; “Phaeton” de Camille Saint-Saëns y “Rapsodia Española” de Maurice Ravel.

El director Doron Salomon se refirió a la obra “Phaeton” de Camille Saint-Saëns señalando que “hay melodías encantadoras que son muy transparentes y requieren control supremo y ligereza.” Compartimos sus palabras. Se trata de una composición alegre, con el sello particular del autor galo, muy melódico y descriptivo en cualquier ritmo que le pidan.

En cuanto al comienzo de la presentación, habría que señalar que después de iniciar su aprendizaje musical en el Conservatorio de Zurich, el compositor suizo Arthur Honneger, realizó sus estudios de violín, armonía, contrapunto, fuga y dirección orquestal en el Conservatorio de París, en Francia, donde perteneció al grupo de “Los Seis”.

Según sus propias palabras en su obra “Rugby”, “trato de expresar en mi propio idioma musical el reflujo y flujo del juego, el ritmo y el color de un partido en el Estadio de Colombes.” Una obra breve, de sólo 8 minutos, muy moderna y con un buen trabajo de las cuerdas, especialmente en los agudos.

Todo culminó con la consagrada “Rapsodia Española” de Maurice Ravel, muy conocida y con un “feeling” especial, que se ha convertido en una pieza emblemática de este gran y original autor, en la cual expresa su cercanía con España dada la nacionalidad de su madre, quien era vasca y había residido un tiempo en Madrid. La obra fue compuesta en 1907 y estrenada un año después en el Teatro Chatelet de París.

En resumen, una combinación de obras que recuerdan a la música francesa y que ayudan a difundir composiciones poco conocidas que agradaron el paladar musical de los asistentes a este interesante espectáculo. Una vez más, una muy buena presentación de la Orquesta Sinfónica de Chile, y un reconocimiento para el talentoso y amable director israelí que la condujo.