Expertos y representantes gubernamentales iniciaron este martes en Ginebra las primeras conversaciones internacionales sobre “armas letales autónomas”, en la que también participan organismos internacionales y ONG partidarios de la prohibición preventiva de los “robots asesinos”.

“Insto a los delegados a tomar medidas enérgicas”, declaró Michael Moller, de la oficina de la ONU en Ginebra.

“La ley internacional suele responder a las atrocidades y el sufrimiento cuando ya tuvieron lugar. Ustedes tienen la oportunidad de adoptar acciones preventivas y garantizar que la última decisión para terminar con una vida permanezca bajo el firme control de los humanos”, agregó.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), “guardián” de los Convenios de Ginebra sobre la guerra, también expresó su “malestar” ante la posibilidad de que armas de este tipo puedan matar sin que intervenga ningún ser humano.

“El tema principal es la ausencia de control humano sobre las funciones fundamentales de identificación y ataque de blancos, incluso humanos”, estimó Kathleen Lawand, jefa de la Unidad de Armas del CICR.

“Hay un profundo malestar ante la idea de permitir que las máquinas tomen decisiones sobre la vida y la muerte en el campo de batalla con escasa o sin ninguna participación humana”, afirmó.

Para la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch, estos robots, similares a los que aparecen en las películas de Hollywood y que podrían disparar sin permiso de los humanos, son una posibilidad real y deben prohibirse antes de que los gobiernos comiencen a desplegarlos.

“Los robots asesinos amenazarían los derechos y principios más fundamentales del derecho internacional”, indicó Steve Goose, director de la División de Armas de HRW.

“La única respuesta posible es la prohibición preventiva”, afirmó.

Según diplomáticos, la idea que se maneja no es prohibir totalmente la tecnología que, según investigaciones militares, permitiría producir estos controvertidos robots dentro de unos veinte años.

“Hay que tener presente que se trata de tecnologías de doble uso que podrían tener numerosos usos civiles, pacíficos y legítimos”, recalcó el embajador francés Simon Michel, quien preside la reunión de Ginebra.

Según Francia, que afirma presidir esta reunión en el marco de sus esfuerzos para “promover el desarme”, el objetivo de las discusiones es “entender los retos éticos, jurídicos y operativos que implica el desarrollo de nuevas tecnologías en el ámbito del armamento”.

“La capacidad del derecho internacional para enmarcar el posible uso de estos sistemas de armas, que aún no son operativos, centran estos retos”, agregó el ministerio francés de Relaciones Exteriores en su portal internet.

No obstante, algunos expertos, como Noel Sharkey, profesor de robótica de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, recalcan su oposición a la capacidad de matar sin consultar a ningún ser humano que tendrían estas armas.

“Yo tengo una aspiradora robot en casa, es totalmente autónoma y quiero seguir usándola. Lo único que no quiero es lo que llamamos la función de matar”, declaró Sharkey.

La estadounidense Jody Williams, cuya lucha para la prohibición de las minas antipersona le valió el Premio Nobel de la Paz en 1997, estimó que “si no introducimos una discusión moral y ética sobre este asunto, no lograremos controlar la guerra”.