Joaquín Gastón Maluenda está dolido. Tras la polémica que estalló esta semana al difundirse volantes donde el circo que dirige advierte a los padres “cuidar” a sus hijos de los grupos defensores de los animales, acusa que en realidad son ellos las víctimas y que los medios no consideran su voz.
“No es que queramos poner a todos los animalistas en el mismo sombrero”, afirma, “pero hay grupos extremistas que incluso nos han querido quemar el circo. Hay grupos que vienen al choque. Incluso una vez en Santiago nos lanzaron bombas molotov y gas pimienta al interior de la carpa, cuando habían familias dentro mirando la función”, alega.
A sus 61 años y tras toda una vida itinerante, Maluenda lamenta que algunas personas no valoren la tradición del circo y que reaccionen de forma belicosa en contra de “Los Tachuela”.
“Yo comprendo que los animalistas tengan su opinión, pero lo más decente que nos han hecho es repartir papeles que dicen ‘Pitéate un Tachuela’ en nuestras propias boleterías. Hemos visto carteles donde nos insultan, nos dicen de todo, donde llaman a quemarnos vivos. Eso duele mucho”, afirma.
El “Tachuela Grande”, como es conocido, desmiente que el personal de su circo haya agredido alguna vez a quienes se manifiestan durante sus funciones pidiendo la liberación de los animales que utilizan en sus funciones. Asegura que han sido los propios espectadores -su público- quienes los han defendido de los grupos animalistas, cuando estos han tomado actitudes violentas.
“Incluso hemos puesto denuncias en Carabineros. Pero eso los medios no lo cuentan”, dice.
¿Si la tendencia mundial es hacia los circos sin animales, no sería mejor dejar de tenerlos?
“¡Pero si nosotros prácticamente ya no tenemos animales!”, señala enfático. “Ya no tenemos el 80% de los animales que teníamos antes e incluso tenemos un segundo circo, el de “Pastelito”, que no tiene animales. Lo que pasa es que la gran mayoría de la gente pide un circo con animales y en eso incluso la ley nos ampara porque establece que los circos son con animales amaestrados”.
Maluenda relata que animales como monos y osos están retirados de las funciones y actualmente viven en su parcela, donde son atendidos por veterinarios. “Hasta tenemos un jabalí que nunca va a terminar de comida como en los restaurantes, sino que lo vamos a cuidar hasta que se muera de viejito”, recalca.
“Mira, yo estoy contra los circos con animales, por eso ya nos quedan trabajando apenas 6 ó 7 de los 100 que teníamos antes. Además estoy contra el maltrato animal. Cómo no voy a estar contra el maltrato si cuando era chico vivía en un circo pobre, donde los animales estaban encerrados en jaulas muy chicas. En ese tiempo los animales pasaban frío y hambre porque nosotros también lo pasábamos igual con ellos. Vivíamos en carpas que se goteaban”, indica.
“Ahora en cambio tengo a los tigres en espacios grandes, climatizados. Te cuento una sola cosa: el otro día se puso a llover justo antes de la función y yo dije ‘no, no vamos a sacar a mis tigres porque se van a enfermar’. Ahí salí y anuncié al público que ese día no los verían porque no íbamos a arriesgarlos. Pensé que la gente me iba a abuchear pero todos entendieron y hasta nos aplaudieron”, cuenta.
Según Maluenda, el movimiento de los circos sin animales es un tema de moda y por eso se lee en internet tantos comentarios de jóvenes en contra de ellos. “Sin embargo la mayoría de la gente está a favor de nuestro circo. De otra forma no tendríamos lleno total adonde sea que vayamos”, sentencia.