Una mujer denunció serias falencias en el edificio Obispo Salas de Concepción. Una rotura de cañería habría dejado escurrir descargas sanitarias hasta los estacionamientos. Quiere que le devuelvan su dinero para cambiarse, en tanto la inmobiliaria Aconcagua lamentó los hechos y aseguró que la situación fue controlada.

La historia de Lilian Cárcamo partió mal el 27 de febrero de 2010, cuando tuvo que arrancar no sólo de un terremoto, sino que también de un colapsado edificio ubicado en avenida Los Carrera con calle Lautaro.

Buscando alternativas, llegó al recién inaugurado edificio Obispo de Salas; lo compró al contado y trató de olvidar el trauma. Pero los problemas de infraestructura volvieron, esta vez afectando las cañerías del inmueble de 24 pisos.

Al lugar llegó personal de Fosas del Sur para destapar las cañerías. Uno de los trabajadores, aseguró que el tamaño, si bien corresponde a las normativas de construcción vigentes, no es el adecuado para un edificio habitacional de estas dimensiones.

Desde la inmobiliaria Aconcagua, lamentaron lo ocurrido y explicaron que se trató de “una descarga sanitaria como consecuencia de una obstrucción en uno de los departamentos del edificio, que se encuentra deshabitado”, pero que, sin embargo, es propiedad de la empresa.

Tras trabajar en el lugar por algunas horas, el problema habría sido resuelto. Otros vecinos, expresaron su preocupación por otras falencias: filtraciones de agua a través de los ventanales, desprendimientos en los muros, caída de panderetas con el viento junto fallas y goteras constantes en los ascensores, fueron parte de las acusaciones.

Imagen de una inundación anterior en el mismo departamento afectado

Imagen de una inundación anterior en el mismo departamento afectado