Estados Unidos y los países occidentales manifestaron este sábado su esperanza en que el nuevo presidente de Irán, Hasan Rohani, responda las demandas de la comunidad internacional sobre su programa nuclear, sobre lo que Israel ya expuso sus dudas al respecto, y el conflicto sirio.

La victoria sorpresa de Rohani, un religioso de 64 años que defiende una mayor flexibilidad en el diálogo con las grandes potencias, marca el regreso de los moderados y los reformadores al gobierno, tras años de control del poder de los conservadores que han desafiado al mundo en el terreno nuclear.

El gobierno de Estados Unidos se dijo listo para “colaborar directamente” con Teherán en relación al programa nuclear de la república islámica con el fin de “encontrar una solución diplomática que mitigue las preocupaciones de la comunidad internacional” al respecto, señaló la Casa Blanca en un comunicado.

Pero Israel minimizó el papel que puede jugar el nuevo presidente, asegurando que es el guía supremo de la revolución islámica, Ali Jameini, quien decide la política nuclear del país.

“Después de las elecciones, Irán continuará siendo juzgado por sus actos, tanto en el terreno nuclear como en el del terrorismo. Irán debe ajustarse a las demandas de la comunidad internacional de poner un freno a su programa nuclear y de cesar la propagación del terrorismo en el mundo”, aseguró el Miniterio de Exteriores israelí.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó a Rohani, al tiempo que afirmó que “continuará animando a Irán a jugar un papel constructivo en los asuntos regionales e internacionales”, según dijo su portavoz Martin Nesirky en un comunicado.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se dijo “firmemente determinada a trabajar con los nuevos dirigentes iraníes en vistas de una rápida solución diplomática de la cuestión nuclear”.

Ashton dirige las negociaciones nucleares con Teherán en nombre del grupo “5+1″, compuesto por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania.

Londres, por su parte, llamó a Rohani a “encaminar a Irán en una nueva vía”, respondiendo sobre todo a “las preocupaciones de la comunidad internacional en relación al programa nuclear, avanzando hacia una relación constructiva con la comunidad internacional y mejorando la situación política y de los derechos humanos” en el plano interno.

En el mismo sentido se manifestó Francia, que aseguró estar dispuesta a trabajar junto al nuevo presidente iraní, fundamentalmente en relación al programa nuclear iraní, pero también sobre el “involucramiento de Irán en (el conflicto que azota) Siria” desde marzo de 2011.

El canciller alemán Guido Westerwelle saludó la decisión de los electores iraníes de “respaldar las reformas y en favor de una política exterior constructivas” y dijo esperar que el nuevo gobierno del país “contribuya a solucionar los problemas internacionales y regionales” .

Italia también reaccionó tras conocerse el resultado de los comicios iraníes y afirmó que espera que sea “posible trabajar con el nuevo presidente en el desarrollo de las relaciones bilaterales e iniciar de inmediato un período de comprensión y un diálogo constructivo entre Irán y la comunidad internacional”, según dijo la ministra de Exteriores, Emma Bonino.

La coalición opositora siria llamó a su vez a Rohani a revisar la posición de su país en el conflicto y pidió que deje de respaldar al gobierno de Bashar al Asad.