Hay ciertos actores de la sociedad chilena que son intocables. Nadie puede siquiera criticarlos.

La polémica con Cencosud destruyó la carrera presidencial de Laurence Golborne. Pero recordemos que él era sólo un gerente general, que tenía un empleador y un dueño: Horst Paulmann.

¿Se ha dado cuenta que nadie criticó a Paulmann? Todos callados. Esos parlamentarios “puntudos”, como Girardi, Aguiló, Navarro, desde la izquierda a la derecha, todos callados. Nadie lo discute.

¿Por qué ese silencio? La sospecha es evidente: porque financian las campañas. Estamos en periodo de campaña… ¿De dónde sale todo el dinero? De los grandes empresarios. Entonces, todos están con la boca pegada. Es un intocable.