45 familias de Michaihue celebraron su traslado desde los tristemente célebres “blocks de lata” hasta sus nuevas casas en Boca Sur Viejo tras más de una década de espera, lo que abre los horizontes de una nueva vida para estas personas.

Estos departamentos se levantaron en el 2000 frente al mar y al poco tiempo fueron duramente cuestionados por el material de construcción. Las planchas de zinc se oxidaron con rapidez, deteriorando las viviendas que cobijaron a más de 1.500 personas en 15 edificios.

Con años de historia pidiendo una evaluación de las viviendas y un terremoto encima, 45 de estas familias accedieron a los subsidios post 27F y comenzaron el viaje a un nuevo hogar.

Con toda esa carga emocional, grandes y chicos contaron a Radio Bío Bío qué sentían, mientras tres camiones del Ejército ayudaban en la mudanza de sus muebles y enseres.

La alegría no fue casual ya que muchos tuvieron que soportar por años la delincuencia que de un día a otro se agudizó en el sector, ampliando las esperanzas para retomar una vida más sana lejos del lugar que los acogió por más de una década.

Sólo las familias de uno de los cinco Comités festejaron por la nueva casa, provocando sentimientos encontrados. La mayoría tendrá que seguir esperando por una solución habitacional, al tiempo que varios vecinos fueron trasladados a otros edificios por temor a eventuales robos.

“Estamos sin medidores de luz ni de agua por causa de los robos de extraños, no podemos seguir viviendo en estas condiciones, si nuestras casas ya están listan. Esto no es posible, toda persona merece vivir con dignidad”, aseguró un vecino.

Según explicaron, el Serviu no puede hacerse cargo del desmantelamiento de los blocks desocupados, obligando a los propios habitantes a recuperar ventanas, puertas y todo lo que sirva.

Gisela Lagos

Gisela Lagos

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