El español Dani Pedrosa y el australiano Casey Stoner, los dos pilotos de Honda, tienen buenas razones para buscar el triunfo el domingo en el Gran Premio de Australia: el primero, para presionar al líder Jorge Lorenzo, el segundo para brillar ante su público.

El catalán, que ha vencido en cinco de las seis últimas carreras, necesita recortar la desventaja con respecto a Lorenzo (Yamaha), actualmente de 23 puntos, a falta de dos grandes premios para el final del año (Australia y Valencia), si quiere seguir teniendo opciones al título.

Por su parte, Stoner, vigente campeón mundial, buscará el triunfo en la última carrera que dispute ante su público (ha anunciado su retirada a final de temporada a los 27 años) en un circuito, el de Phillip Island, donde se ha impuesto en las últimas cinco ediciones.

“Phillip Island es un circuito formidable. Aquí, nuestras máquinas tienen tal potencia que a menudo podemos conducir derrapando con la rueda trasera”, explicó Pedrosa, que no le queda otra opción que seguir buscando el triunfo en cada carrera y esperar un error de su compatriota.

“Estaría bien que la lucha que enfrenta a dos españoles por el título se decida en el último Gran Premio en Valencia”, subrayó Pedrosa, que guarda un buen recuerdo de Phillip Island, ya que en este circuito se proclamó dos veces campeón del mundo de 250 cc, en 2004 y 2005.

Stoner también se proclamó campeón del mundo de MotoGP en este circuito el año pasado, tras dominar por completo a sus adversarios durante todo el fin de semana: mejor tiempo en los entrenamientos, pole position y victoria.

Su deseo no es otro que reencontrarse con la victoria, después de una temporada arruinada por sus problemas físicos, pero no parece recuperado al 100% de la fractura del tobillo derecho que se produjo el pasado verano (boreal), en la calificación del Gran Premio de Indianápolis.

“El estado de mi tobillo es menos bueno que en mi regreso en Japón. Siento falta de flexibilidad, pero afortunadamente el circuito gira en sentido contrario a las agujas del reloj y no hay muchas curvas a la derecha. Mi principal problema será poder aguantar físicamente hasta el final de las 27 vueltas”, declaró el australiano.

El jueves, la dirección de la carrera bautizó con el nombre de Stoner la curva número tres, un paso muy rápido a la izquierda en el que el australiano demostró en el pasado sus dotes de equilibrista.

Lorenzo, que con acabar tercero en las dos últimas carreras de la temporada tiene suficiente para ser el nuevo campeón del mundo, en lo que sería su segundo título de MotoGP (tras 2010), no podrá contar con la ayuda de su compañero Ben Spies.

El estadounidense se lesionó de nuevo en el pasado Gran Premio de Malasia, esta vez en la clavícula derecha, y fue operado esta semana en su país.

Yamaha no ha tenido tiempo suficiente para encontrarle un sustituto de garantías, por lo que la ayuda a Lorenzo podría llegar de los dos pilotos de la escudería Tech3, el italiano Andrea Dovizioso y el británico Cal Crutchlow, que manejan la misma moto que Lorenzo, aunque no en un equipo oficial.

En Moto2, el español Marc Márquez (Suter), con 48 puntos de ventaja en el mundial sobre su compatriota Pol Espargaró (Kalex) lo tiene todo de cara para proclamarse campeón del mundo.

Márquez, futuro piloto de Honda en MotoGP la próxima temporada, no será campeón del mundo en Australia si se da esta doble condición: que no puntúe en Phillip Island y que Espargaró gane la carrera.

Finalmente, en Moto3, con el alemán Sandro Cortese ya nuevo campeón del mundo de la categoría, lo único en juego para los pilotos que van por detrás será mejorar su posición en clasificación.