Los policías de bajo rango, que mantuvieron un motín durante seis días, levantaron este miércoles de madrugada su protesta tras un acuerdo salarial firmado con el Gobierno, informaron delegados de los manifestantes y el ministro del Interior, Carlos Romero.

“Con el acuerdo de aumento salarial, las labores de la Policía se normalizan” a partir de este miércoles, señaló Romero en conferencia de prensa.

La delegada de los policías de La Paz, suboficial Esther Corzón, ratificó que “con la aprobación de nuestros camaradas de los nueve departamentos (del país) hemos firmado el acuerdo (razón por la que) ya estamos patrullando (las calles)”.

El viceministro de Régimen Interior y Policía, Jorge Pérez, destacó de su lado el acuerdo y afirmó que se han sostenido “arduas sesiones de diálogo para lograr este acuerdo por el bien de la Policía y del país y con esto todo retorna la tranquilidad”.

El acuerdo prevé un ajuste al salario básico de 100 bolivianos (unos 15 dólares), que permitirá -sumado a otros bonos y subsidios- que ningún policía gane menos de 1945 bolivianos (279 dólares) al mes, señaló Pérez. “Estos beneficios repercuten en el aporte laboral y patronal de corto y largo plazo, además de asignaciones de víveres (dos veces al año), de harina, azúcar y arroz”, explicó Romero.

“Quiero destacar que la restitución de los servicios en el país se van normalizando paulatinamente, los servicios han empezado ya a normalizarse”, dijo Romero más tarde, en una segunda rueda de prensa. “En definitiva todos los servicios se han estado normalizando y todos los departamentos han sido consultados y aprobado este acuerdo”, enfatizó.

El delegado policial de Oruro, cabo Pedro Ticona, anunció que los uniformados retornarán “este mismo miércoles a patrullar” las calles. Además del aumento salarial, retroactivo a enero, el acuerdo alcanza a la conformación de una comisión para la modificación del régimen disciplinario, el compromiso para no procesar a efectivos amotinados, la creación del Defensor del Policía y el estudio para una jubilación con el 100% del salario.

El comandante nacional de la Policía, Victor Maldonado, anunció en una declaración a periodistas que “lo importante es que después de dialogar todo vuelve a la normalidad, no sólo ganan los policías sino el pueblo porque se restablecen los servicios y vuelve a la normalidad”. Respecto a acusaciones de que la protesta policial formaba parte de un complot contra el presidente Evo Morales, Romero dijo que “también habrá que valorar acciones de gente que ha tratado de aprovechar la legitimidad de estos requerimientos para politizar la acción de los policías”.

Un día antes, la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, insistió en su tesis de que con el motín policial se intentaba fraguar un golpe de Estado. “Este no es un movimiento cualquiera: tiene el poder de las armas, de los gases lacrimógenos y todas las herramientas”, señaló. En la misma dirección, los gobernadores de ocho departamentos del país, excepto Santa Cruz, rechazaron el martes, convocados por el gobierno, los supuestos aprestos conspirativos contra el presidente Morales.

Dávila puso como evidencia del plan conspirativo un atentado con dinamita que cortó el martes las transmisiones de una radio del sindicato campesino de Oruro, afín al gobierno. Además, el edificio del Congreso sufrió la noche del lunes un atentado con dinamita que provocó daños en el despacho de la presidenta de la Cámara de Diputados, denunció un influyente parlamentario del oficialismo.