Los paisajes escoceses de la cinta “Brave”, con sus llanuras verdes, sus rocas cubiertas de líquenes y sus árboles musgosos, fueron un verdadero rompecabezas para los animadores de Pixar, que tuvieron que recurrir a un ingeniero español para su creación.

Cada uno de los filmes del estudio ha marcado un avance en las técnicas de animación por computadora. Pero ahora, con “Brave”, se dio un paso de gigante en la creación de paisajes y elementos vegetales, gracias al trabajo de un vasco descubierto tras trabajar 10 años en solitario.

Originario de San Sebastián (norte de España), ingeniero en telecomunicaciones y apasionado por la animación, Íñigo Quilez investigó sin cansancio la manera de crear formas artísticas a través de fórmulas matemáticas.

Es la primera vez que Pixar confía totalmente el dibujo del decorado a una computadora.

“Mi reto siempre ha sido no usar ningún software, sino siempre darle al computador fórmulas matemáticas y dejar que éste genere cosas. Después de 10 años, los de Pixar vieron mi trabajo y me dijeron: “Vente. Y me vine”, contó Quilez a la AFP en la sede del estudio en Emeryville, en la bahía de San Francisco.

Los creadores de “Brave”, que se desarrolla en una Escocia medieval donde la vegetación es un paisaje omnipresente, no podían contar con los métodos “tradicionales” de la animación 3D para recrearla.

“Toda la parte de vegetación, hierba y árboles, es nuevo. Lo hicimos desde cero”, explicó. “Hasta ahora, siempre que habíamos hecho árboles o vegetación (en un filme de Pixar), había un artista haciéndolos a mano”, señaló.

Pero en este caso, siguió, “hay tanto detalle que si una persona hubiera tenido que hacerlo a mano, habría tardado 10 años”.

Era necesario entonces encontrar una solución, que sólo este español parecía tener. “Si esto de las matemáticas no funcionaba, no había Plan B. Era todo o nada. La única solución habría sido bajar la exigencia artística. Cosa que, para Pixar, es difícil de aceptar”, agregó.

La técnica desarrollada por Quilez reposa en la mezcla de ecuaciones matemáticas, como “la línea recta, la parábola, la elipse o el círculo”.

“Combinando fórmulas sencillas que generan dibujos sencillos, ya puedes empezar a tener formas más complicadas”, explicó.

Una parábola, por ejemplo, podrá servir de base a la forma de una montaña. Una elipse a una nube. Y, combinando una parábola con otra parábola invertida más pequeña, una montaña se puede convertir en un volcán con un cráter.

“Todas la formas vegetales las hago mediante fórmulas matemáticas. Voy al ordenador e inserto las fórmulas adecuadas, que van generando las formas y los colores. Es una mezcla entre matemáticas y arte”, estimó.

Las formas son ilimitadas, observó el artista-matemático. Pero, sobre todo, pueden duplicarse por millones para conseguir generar una alfombra de brezales, por ejemplo, o el musgo en el tronco de un árbol.

“Lo más difícil ha sido pelearme con el computador. Pusimos tanto detalle; todos los árboles, todos los arbustos tienen pequeñas hojas, pequeñas ramitas. Y cuanto más detalle quieres dar a la imagen, el computador tiene que calcular y trabajar más”, contó.

El resultado en la pantalla es de tan sorprendente realismo que convenció a Pixar a ampliar el equipo de Íñigo para que trabaje en los próximos filmes del estudio, en particular en “The Good Dinosaur”, previsto para 2014 y que también tendrá abundante vegetación.

En “Brave” fui el único que trabajaba con matemáticas. Pero para los dinosaurios, vamos a ser como cuatro o cinco personas usando esta forma de trabajar, porque funciona bastante bien”, añadió Quilez.

La historia de la rebelde princesa Mérida se estrena el viernes en Estados Unidos, y entre julio y agosto en Latinoamérica y España.