Un conjunto de observaciones realizó la Contraloría Regional del Bío-Bío a la municipalidad de Los Ángeles, por el proceso de compra de los terrenos de Cantarrana, ubicados en el sector sur de la capital provincial.

El recinto de más de 15 hectáreas fue adquirido a mediados del año pasado por la corporación edilicia, por 350 millones de pesos, situación que fue rebatida por los habitantes del lugar, quienes hicieron una presentación a la instancia fiscalizadora.

Los principales reparos del órgano contralor radican que en el proceso de compra no se pidieron cotizaciones de profesionales expertos para determinar el monto a cancelar y que no corresponde usar el dinero de los seguros pagados tras el terremoto para pagar por el recinto.

Asimismo, el documento objeta que los concejales no pidieran toda la información técnica y de tasaciones a la hora de aprobar la modificación presupuestaria, la cual tuvo el voto unánime del cuerpo colegiado.

Pese a las observaciones, el alcalde Eduardo Borgoño aseguró que el municipio está en lo correcto, razón por la cual pedirán precisiones a la Contraloría Nacional antes de responderle a la instancia regional.

Sin embargo, el concejal Víctor Salazar hizo un mea culpa en el proceso de compra del terreno de Cantarrana, reconociendo que no se estudiaron adecuadamente los antecedentes proporcionados por el municipio.

Hay que tener en cuenta que el informe de Contraloría sobre la compra del terreno, está en manos de los concejales desde el martes de la semana pasada, sin que alguno de ellos se hubiese pronunciado sobre los alcances de las conclusiones de la instancia.