Decenas de manifestantes criticaron este domingo al papa Benedicto XVI por lo que consideraron como su falta de interés por la desaparición en 1983 de Emanuela Orlandi, la hija de un empleado del Vaticano.

“¡Vergüenza! ¡Vergüenza!”, gritaban los manifestantes en la plaza San Pedro, tras la oración dominical, lamentando que el sumo pontífice no citara a Emanuela Orlandi durante los saludos consecutivos a la oración.

“Vinimos de todos Italia para escuchar al Papa pronunciar el nombre de Emanuela, pero, una vez más, nos iremos decepcionados”, declaró una manifestante a la prensa.

“Benedicto XVI saludó a todo el mundo, incluyendo a quienes practican tiro con arco. Es como una bofetada para Emanuela Orlandi”, dijo una joven, refiriéndose a los saludos del Papa que suelen dirigirse a gente muy diversa.

El 22 junio de 1983, Emanuela Orlandi, de 15 años, hija de un empleado de la Prefectura de la Casa Pontificia, desapareció al salir de una clase de música en Roma.

Desde entonces, se han manejado numerosas pistas, como presuntos vínculos de la desaparición con Ali Agca, el agresor turco del papa Juan Pablo II, o con el ex presidente estadounidense del banco del Vaticano, Paul Marcinkus, así como una posible participación de servicios secretos, pero no se probó ninguna de ella.

El Vaticano aseguró en varias oportunidades haber cooperado con las autoridades italianas para esclarecer este caso.