El supuesto criminal de guerra ruandés Léon Mugesera seguirá detenido en Canadá a la espera de una decisión sobre su eventual extradición, decidió el lunes un juez en Montreal.

El veterano político debería haber sido extraditado el jueves pasado hacia Ruanda, cuya justicia pretende juzgarle por incitación al genocidio en un discurso pronunciado en 1992, dos años antes del inicio de las masacres étnicas que dejaron unos 800.000 muertos.

Sin embargo, un tribunal de Quebec ha suspendido su extradición hasta el 20 de enero, para que Canadá tenga tiempo de considerar la petición del Comité contra la Tortura de la ONU, que le pidió una pausa de seis meses para evaluar el riesgo de torturas que Mugesera podía correr en su país.

El juez de la Comisión de Inmigración y del Estatuto de Refugiados, que deberá decidir sobre su eventual puesta en libertad, dijo el lunes que Mugesera presentaba un “riesgo de fuga”, subrayando que se negó a declarar por consejo de su abogado.

El magistrado señaló que Mugesera sufrió un malestar cuyas causas exactas se desconocen – algunos medios de comunicación canadienses hablaron de un enorme consumo de drogas – y tuvo que ser hospitalizado durante tres días.

“No sé si hacer va a hacer otro gesto o si tiene alguna otra molestia que le impedirá su regreso”, dijo.

Una nueva audiencia está programada para el 23 de enero, pero el 20 de enero a más tardar se sabrá si Canadá se compromete a conceder la suspensión solicitada por el Comité contra la Tortura. Si Ottawa se niega, el ruandés podrá ser devuelto inmediatamente a su país.