Los papas, máxima autoridad de la Iglesia Católica, suelen ser motivo de curiosidad para la población, puesto que desconocemos mucho sobre su vida y su historia.

¿Sabías por ejemplo que previo a El Vaticano, existía otro palacio donde habitaban los papas? El llamado Palacio Papal de Viterbo, ubicado en la ciudad del mismo nombre.

Por esto, la revista Muy Interesante recopiló las 8 curiosidades sobre ellos que deberías conocer.

1.) No son “bíblicos”:

“Papa” y “papado” no aparecen en ninguna parte de la Biblia, pues la primera surgió del griego “papas”, que significa padre y “Pontífice” viene del latín “pontifex”, que significa “constructor de puentes”.

2.) No hay edad para ser Papa:

El Pontificio más joven fue Benedicto IX, quien asumió el cargo cuando era sólo un adolescente entre los 12 y 16 años, pues la historia no clarifica bien la edad. Muy de cerca le sigue Juan XII, quien tenía 18 años cuando asumió el honorable cargo.

3.) Papa por más de 3 décadas:

Pio IX fue quién durante más tiempo sirvió como al Vaticano, desde 1846 hasta 1878, exactamente 31 años, 7 meses y 23 días.

4.) El Siglo XX largo:

Se dice que la historia tiene un siglo largo cuando hay muchos hechos relevantes en él, lo mismo aplica a la cronología papal. Entre el 1900 y el 2000 hubieron 22 pontificios, el número más alto de la historia.

5.) Amigos de los científicos:

El papa Urbano VIII fue un gran amigo de Galileo Galilei antes de pasar a ser el máximo representante de la Iglesia, sin embargo, en 1630 se lanzó contra la obra “sopra i due massimi sistemi del mondo” de su amigo e incluso estuvo presente en el juicio que se siguió contra él.

6.) Lugar común:

El nombre más repetido entre los papas, a lo largo de toda su historia, es Juan -nombre que llevan 22 pontificios-, seguido por Gregorio, con 16.

7.) El Papa perdido:

Juan XX jamás existió, lo que se debió a un error de numeración. Mientras, quien siguió en la lista de papas -Juan XXI- pereció por el derrumbe del palacio papal de Viterbo, donde habitaba.

8.) Papado express:

El papado más corto de la historia fue el de Urbano VII, en el año 1590, que duró únicamente 13 días.