La mayoría de las madres hacen cosquillas a su bebé como una forma de jugar. Sin embargo, Sanchia Norria (41), habitante de Cambridgeshire (Reino Unido), debe hacerlo para mantener con vida a su hijo Benn.
El niño, de sólo 1 año de edad, deja de respirar varias veces cada noche y la única forma que tiene su progenitora para obligarlo a volver a inspirar el aire es precisamente haciéndole cosquillas. “Una noche dejó de respirar 23 veces”, contó Sanchia a Daily Mail.
Para saber cuando debe asistir a su hijo, la mujer instaló una alarma que le avisa cuando la respiración de su guagua se detiene y debe correr para despertarlo.
El pequeño Benn sufre de un caso severo de apnea, lo que implica que su respiración se detiene durante 20 segundos o más y necesita de un estímulo para volver a reaccionar.
De acuerdo al relato de la madre, los médicos le recomendaron que le hiciera cosquillas en el mentón, la planta de los pies o el estómago.
Cabe destacar que Benn nació con 24 semanas de gestación y menos de un kilo de peso, eso significa que sus músculos y sistema nervioso no estaban completamente desarrollados al nacer, desencadenado la enfermedad. “Era más pequeño que la longitud de mi mano. Los médicos me dijeron que era muy poco probable que sobreviviera. Pero contra todo pronóstico, después de 18 semanas en el hospital, Benn fue lo suficiente fuerte como para ser dado de alta” cuenta la mujer.
Este mal debería desaparecer a medida que el bebé crece, mientras tanto, su madre deberá seguir haciéndole cosquillas para mantenerlo vivo.