El Gobierno de la República Popular Democrática de Corea dio comienzo este miércoles a unos funerales grandiosos para Kim Jong-il, que deberían ser una demostración de lealtad al régimen y al hijo y heredero del finado, Kim Jung-un, asentado ya en el poder.

La primera fase de la ceremonia de despedida dio comienzo en el mausoleo Kumsusan de Pyongyang, donde el cuerpo del hombre fuerte del régimen estaba expuesto en un féretro transparente, indicó la agencia estatal rusa Itar-Tass, único medio informativo ruso con oficina en Corea del Norte.

Cientos de miles de norcoreanos se esperaban en medio de una nevada en las calles de Pyongyang para esta ceremonia, de la que el régimen ha facilitado poca información.

Los observadores esperaban una demostración bien orquestada de lealtad a Kim Jong-il y también al poder que lo ha sustituido, siguiendo el modelo ya utilizado en 1994 con ocasión de los funerales de Kim Il-sung, considerado el fundador del Estado norcoreano.

Pyongyang ordenó que los norcoreanos que trabajan en el extranjero con autorización especial regresen este martes a Corea del Norte para el funeral del dirigente Kim Jong-il, según la prensa de Seúl, que destacaba también que camiones cargados de flores cruzaron la frontera chino-norcoreana.

La ceremonia buscará también reforzar la legitimidad del hijo mayor de Kim Jong-il. Designado sucesor del líder muerto desde el anuncio de la muerte de su padre, el 19 de diciembre, Kim Jong-un fue denominado la mañana del miércoles “líder supremo del partido, del Estado y del Ejército” por la agencia oficial KCNA.

Este hombre menor de 30 años y sin experiencia política conocida, es desde hace nueve días el centro de las escenas de aflicción mostradas por la televisión estatal en el mausoleo Kumsusan de Pyongyang, donde el cuerpo del hombre fuerte del régimen fue expuesto en un féretro de cristal.

El lugar de Kim Jong-un en el funeral propiamente dicho sigue siendo incierto. Kim Jong-il no desfiló con el cortejo fúnebre de su padre hace 17 años. Ninguna delegación extranjera fue invitada a los funerales.

Basándose en las ceremonias de 1994, los medios de comunicación surcoreanos estimaban que el servicio fúnebre debe empezar con un saludo de Kim Jong-un y los demás altos dirigentes del país ante el cuerpo de Kim Jong-il en el mausoleo.

Una limusina transportará luego el féretro hacia el centro de Pyongyang, acompañada de un vehículo portador de un retrato gigante del difunto y de una orquesta militar en un camión.

Numerosos coches oficiales deberían seguirla llevando a altos dignatarios del régimen. El Ejército debería tirar 24 cañonazos de homenaje y la tropa avanzar al mismo tiempo hacia el corazón de la capital.

Tras varias horas de desfile por la ciudad, el cortejo debería regresar al mausoleo.

Escrutando los lugares reservados a los diferentes responsables durante las ceremonias, los especialistas de Corea del Norte esperan entender mejor qué dirigentes pueden dirigir el país junto al joven sucesor.

Kim Jong-un hereda un país con la economía por los suelos, incapaz de alimentar correctamente a su población y con una cruel dependencia de ayuda exterior.

Gobernado por Kim Jong-il según la doctrina del “songun” (“primero el ejército”), el país dispone de unas fuerzas armadas compuestas por 1,2 millones de hombres, numerosos aviones, misiles, cañones y buques de guerra, además de la bomba atómica.

Kim Jong-il gobernaba con puño de hierro desde 1994, cuando falleció su padre Kim Il-sung.

Haciendo suyos los instrumentos de propaganda paternos e internando en campos a decenas de miles de opositores reales o supuestos, logró mantener un régimen que algunos pensaron que se hundiría tras la caída de la Unión Soviética y su sosten esencial.

Pero terribles hambrunas mataron a cientos de miles de norcoreanos en los años noventa y el país, objeto de sanciones internacionales, sigue necesitando ayuda en forma de alimentos y energía.

La personalidad e intenciones del inexperto Kim Jong-un son un misterio pero los analistas esperan una forma de regencia en la que el tío político del nuevo número uno oficial, Jang Song-thaek, podría tener un papel destacado.