Las Bolsas mundiales, aunque tímidamente, ganaron terreno este lunes tras el hundimiento de la pasada semana, en vísperas de la cumbre que celebran el martes en París el presidente francés Nicolás Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel para tratar de acabar con la desconfianza de la deuda en la zona euro.

A pesar del ligero repunte del lunes, los expertos advirtieron que los mercados continúan nerviosos, tras la degradación de la deuda estadounidense y la semana negra en las Bolsas.

Al término de una jornada marcada por el bajo volumen de intercambios y el cierre de las Bolsas de Atenas y Milán por ser festivo, Londres el índice Footsie-100 de la bolsa de Londres ganó un 0,57%, Fráncfort un 0,41%, París un 0,78% y Madrid un 0,71%.

La Bolsa de Zurich ganó un 1,37% gracias al repliegue de la divisa helvética con respecto al resto de monedas.

Llevada por una oleada de fusiones y adquisiciones, la Bolsa de Nueva York confirmaba también su recuperación apuntada ya a finales de la pasada semana. Hacia las 16H20, el Dow Jones subía un 0,99% y el Nasdaq un 0,65%.

En Asia, la bolsa de Tokio cerró en alza el lunes de 1,37%, Hong Kong se fue a +3,26% y Sídney terminó con una ganancia de 2,64%.

La semana pasada estuvo marcada por fuertes subidas y mayores pérdidas en las Bolsas, traumatizadas por la decisión de la agencia Standard and Poor’s de degradar la calificación de la deuda estadounidense, y temerosas de un contagio de la crisis de la deuda en la Eurozona.

Llevado por el optimismo de los mercados, el euro aceleraba su subida frente al billete verde, pagándose a 1,4450 dólares.

Pero esta recuperación de los mercados no disipó todas las dudas e inquietudes que suscita el endeudamiento masivo de los países industrializados.

Prueba de la fragilidad de la zona euro, el Banco Central Europeo (BCE) volvió a comprar la pasada semana, por primera vez en cinco meses, obligaciones públicas para apoyar las economías de Italia y España, por valor de 22.000 millones de euros (31.700 millones de dólares) durante toda la semana (una cifra récord).

En este clima de febrilidad, la cumbre que celebrarán este martes Sarkozy y Merkel se considera crucial para afrontar la espiral de desconfianza que sacude la zona euro, pese a que Berlín ya se ha encargado de restar importancia a la cita.

“No hay que esperar nada espectacular”, aseguró el portavoz de la cancillería, Steffen Seibert, precisando que las conversaciones para la creación de eurobonos, una medida reclamada por diversos dirigentes europeos, no estaban en el orden del días de la reunión. El Elíseo confirmó este punto.

Aunque no salgan propuestas concretas de la minicumbre, los dos dirigentes de las dos primeras economías de la zona euro podrían enviar un mensaje de cohesión a los mercados, según algunos analistas.

Otros, sin embargo, advirtieron que de no salir propuestas concretas se enviaría un mensaje de desacuerdo entre Berlín y París, llevando de nuevo el pánico a los mercados.

Francia e Italia, en el punto de mira de los mercados en los últimos días, han dado señales que pueden calmar a los mercados. Roma adoptó el viernes un plan para ahorrar 45.000 millones de euros y prometió volver al equilibrio presupuestario en 2013, un año antes de lo anunciado.

Por su lado, el gobierno francés, inquieto ante los rumores de una degradación de la nota de su deuda, prepara para el 24 de agosto una serie de medidas económicas que deberían reportar al Estado varios miles de millones de euros.