En coloridos y grandes camiones un grupo de cristianos recorre Estados Unidos pregonando que Dios vendrá este 21 de mayo a juzgarnos, llevarse a los fieles y castigar el resto de la humanidad, lo que para ellos significa un acontecimiento digno de celebrar.

Con un gran despliegue propagandístico, el “Proyecto Caravana” de religiosos liderados por Harold Camping asegura que sus predicciones son irreversibles y fundamentadas en la Biblia. Este grupo forma parte de Family Radio, una emisora cristiana donde comenzó a gestarse el apocalíptico vaticinio.

Los cálculos de los cristianos dicen que todos los creyentes serán elevados al cielo el 21 de mayo, mientras que los infieles padecerán 153 días de tormentos hasta el fin definitivo del mundo creado por Dios, el próximo 21 de octubre.

Este apocalipsis se basa en que el diluvio ocurrió 4.990 años antes de Cristo, es decir hace 7.000 años, lo que tiene relación con los 7 días que Dios advirtió a Noé antes de la catástrofe, según informó en un reportaje CNN.

Una segunda explicación se basa en una ecuación con números simbólicos a partir de la crucifixión de Jesús, ocurrida el 1 de abril del año 33, osea, hace exactos 722.500 días antes del próximo 21 de mayo. Para estos predicadores esa cifra coincide con el resultado de la multiplicación de otros números clave: el 5 de la redención, el 10 de la compleción y el 17 que representa al cielo. Entonces, 5 x 10 x 17 x 5 x 10 x 17 = 722.500.

Con estos cálculos, el líder del grupo dijo a eltiempo.com que “un gran terremoto sacudirá la tierra el 21 de mayo del 2011, uno que jamás el planeta haya sentido en su historia. Las tumbas se abrirán y los restos de las personas que murieron como verdaderos creyentes y seguidores de Dios resucitarán y se irán al cielo. Los cuerpos de los que no se salvarán serán lanzados sobre estiércol y arena, y sus restos se desintegrarán de la vergüenza ante los ojos de Dios; serán comidos por los gusanos y los animales. Así será hasta el 21 de octubre. Cualquiera que quede vivo después de ese día, será aniquilado por el fuego y nunca más será recordado”.

Con estas advertencias, la caravana sigue su recorrido llamando a arrepentirse a tiempo. Muchos los acusan de fanáticos y otros de montar todo para lucro propio, pero no pocos terminan seducidos y se unen al apocalíptico viaje, siempre felices y confiados que dejarán esta tierra en un par de meses.