Daños del terremoto de Christchurch | Wikipedia

Daños del terremoto de Christchurch | Wikipedia

Con decenas de edificios derrumbados, más de 100 muertos y al menos 300 desaparecidos, el sismo de 6.3 grados que este lunes azotó la ciudad de Christchurch en Nueva Zelanda fue sin duda uno de los más destructivos que el pequeño país haya enfrentado durante los últimos años.

Pero habiendo resistido un terremoto de 7 grados sin víctimas fatales en septiembre de 2010 y con daños mucho menores, ¿cómo es que este nuevo movimiento pudo haber causado semejantes estragos?

“El principal motivo es que este terremoto ocurrió prácticamente bajo Christchurch, mientras que el de septiembre pasado ocurrió a 48 kilómetros de distancia”, explicó al portal MSNBC el geólogo del Servicio Sismológico de los Estados Unidos (USGS), Don Blakeman.

Otro factor que los geólogos analizan es el tipo de ondas liberadas, ya que el de esta semana pudo generar ondas de frecuencia mucho más alta, aunque esto aún debe ser corroborado por estudios.

En tanto, el director del Centro para Terremotos de la Universidad de California del Sur, Thomas Jordan, aseguró que este sismo era una réplica del terremoto de septiembre pasado, movimientos que fueron alejándose progresivamente del epicentro.

“Lo que estamos viendo es que la actividad sísmica se trasladó al lado contrario de la falla, algo que no es extraño. Las secuencias de movimientos telúricos se desplazan a lo largo de toda la estructura de la falla”, explicó.

Consultado sobre la intensidad de estas réplicas, Jordan indicó que, ocasionalmente, éstas pueden convertirse en terremotos por sí mismas y generar su propia secuencia de réplicas. Un esquema similar a la gran réplica que afectó la zona centro-sur de Chile el pasado 11 de febrero.

“La mayoría de estas réplicas suelen ser pequeñas y no generan muchos otros movimientos por sí mismas, sin embargo ocasionalmente, y hasta donde sabemos de forma totalmente imprevisible, una de estas réplicas puede convertirse en un gran terremoto y tener su propia secuencia de réplicas”, señaló.

¿Pudo contribuir al alto número de muertos y heridos el que el sismo ocurriera durante el día, en plena jornada laboral? Según Blakeman, esto es un error.

“Se trata de una norma demasiado generalista, pero tiende a haber más heridos cuando la gente está en sus hogares por las tardes y especialmente por las noches, debido a que toda la gente está dentro de casas o edificios”, explicó.

Sin embargo, si se comparan los estragos que causó el terremoto de Nueva Zelanda con el 7.0 que destruyó casi por completo la ciudad de Puerto Príncipe en Haití en enero de 2010, otro factor es el que marca la diferencia: la calidad de las edificaciones.

“En Haití, muchas de las estructuras son muy, pero muy pobres”, indicó Blakeman, recordando que al estar cerca de una falla sísmica similar a la falla de San Andrés en California, las construcciones de Nueva Zelanda se realizan considerando el impacto de un terremoto.

“Y Nueva Zelanda tiene otro aspecto a considerar: está siendo “apretada”, especialmente desde el norte, pudiendo incluso en esta región verse los efectos de este tipo de presión por los movimientos de placas tectónicas que ocurren en esta área. Eso le da un empuje adicional a la falla, que es lo que pudimos ver aquí”, concluyó Jordan.