El 2 de febrero de cada año es el Día Mundial de los Humedales (DMH); en él se conmemora la fecha en que se adoptó la Convención sobre los Humedales o Convención de Ramsar –por la ciudad donde se firmó el convenio internacional-, el 2 de febrero de 1971.
Desde 1997 todos los años organismos oficiales, organizaciones no gubernamentales y grupos de ciudadanos de diferentes comunidades aprovechan la oportunidad para realizar actividades encaminadas a aumentar la sensibilización del público acerca de la importancia de los humedales y los beneficios irremplazables que estos sistemas naturales aportan a las poblaciones humanas, indicó Tribuna del Bío-Bío.
“Los humedales y los bosques” es el tema del Día Mundial de los Humedales 2011, que se eligió porque justamente 2011 es el Año Internacional de los Bosques proclamado por las Naciones Unidas.
Nuestro lema es sencillo, dice la Convención -bosques para agua y humedales-, ya que nos permite pensar en el lugar que los bosques tienen en nuestras vidas. Por ejemplo, los humedales arbolados y los beneficios que aportan los manglares y los bosques de ciénagas de turba. Los bosques de agua dulce, biológicamente diversos, nos ayudan proveyendo agua y prestan muchos otros servicios en todo el planeta.
Además, los humedales y sus bosques -dado que es frecuente que los tengan- desempeñan funciones vitales en el almacenamiento del carbono. Por eso son también nuestros aliados frente al cambio climático.
Sin embargo, y a pesar de su utilidad, se encuentran muchas veces bajo la amenaza del desarrollo no planificado y la urbanización, el drenaje y la transformación del uso de las tierras -advierte la Convención.
Importancia de los bosques fluviales
En la Argentina -expresó entretanto la Fundación Proteger-, un caso ejemplar lo constituyen los magníficos bosques de los humedales de la llanura aluvial de los ríos Paraná y Paraguay. Ibirá pitá, seibo, timbó, curupí, ubajay y palmeras son algunas de las numerosas especies de estos bosques en galería que cubren las riberas de los cursos de agua e islas fluviales -indicó Julieta Peteán del programa de humedales y pesca de Proteger.
Estos bosques insulares constituyen un reservorio de biodiversidad único en su tipo en el país y región, cumpliendo además funciones de muy alto valor como -entre otras- purificación del agua, recarga de acuíferos, y mitigación de inundaciones y sequías.
Su altísima productividad y diversidad biológica explica por otra parte la excepcional diversidad de especies acuáticas; más de 220 especies de peces son un claro indicador. “Estos humedales son enormes criaderos naturales de peces; tienen por lo tanto un extraordinario valor”, subrayó Peteán.
Cabe recordar que precisamente en esta región se designaron a inicios de la pasada década el sitio Ramsar Humedales Chaco y el sitio Ramsar Jaaukanigás (Santa Fe) -colindantes y que totalizan un millón de hectáreas. PROTEGER iniciará el DMH 2011 la plantación durante todo el año de especies arbóreas autóctonas.
Junto al programa Escuelas del Agua de la Convención Ramsar, PROTEGER lleva adelante en estos dos sitios un proyecto de conservación y desarrollo sustentable con las comunidades ribereñas, junto a otros dos proyectos uno en Nepal y otro en Tailandia.
Como se sabe, 2011 es un año muy especial para Ramsar ya que se celebra su 40º aniversario. “De esa manera se espera que los países miembros designen más humedales arbolados y con bosques como sitios Ramsar: un regalo a Ramsar y a ellos mismos, en el año del 40º aniversario de la Convención”, dijeron desde el secretariado de la convención con sede en Gland, Suiza.
El papel de los bosques y los humedales
El papel de los bosques –húmedos o no– en nuestras vidas, y por qué importa ocuparse de ellos y protegerlos, es porque son vitales para toda la vida humana; la disponibilidad de agua dulce a escala mundial depende de nuestros bosques. Lo mismo que, en gran medida, la calidad del agua.
Por otra parte, la salud de nuestros humedales, arbolados o no, está vinculada a la salud de los bosques de nuestras cuencas. La pérdida y la degradación de los bosques hace que se pierdan y degraden humedales y la disponibilidad de recursos vitales como el agua y especies acuáticas ligadas a la alimentación y bienestar humanos.
“No podemos vivir sin los bosques, ya sean bosques terrestres o humedales arbolados, por las funciones esenciales que desempeñan en nuestras vidas aportando agua, alimentos, medios de vida, actividades recreativas, culturales, turismo… y mucho más” –señalaron finalmente desde la Convención Ramsar.