Nueva York cerró dos aeropuertos y suspendió la mayoría de servicios de transporte este jueves, tras una tormenta de nieve que paralizó el tráfico aéreo y terrestre en una amplia zona del noreste de Estados Unidos, desde Washington hasta Boston.

El aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York y el de Newark, en Nueva Jersey, fueron cerrados poco después de la medianoche, a causa de la tormenta de nieve y relámpagos, que cubrió la región con una capa de 30 centímetros de nieve. Ambos debían abrir más adelante, este mismo jueves.

En la franja que va de Washington a Boston se cancelaron el miércoles noche cientos de vuelos. En la capital se cerraron brevemente los aeropuertos Dulles International y Reagan National.

Más de 420.000 personas sufrieron cortes de electricidad en la zona de Washington, y millones más se encontraron este jueves con suspensiones de autobuses y trenes y difíciles condiciones para desplazarse en automóvil.

La tormenta, una inusual combinación de nieve y truenos, fue la quinta gran nevada en otras tantas semanas en la costa este de Estados Unidos.

Ni siquiera Obama se vio a salvo de los inconvenientes de la tormenta. A la vuelta de un viaje de un día al medio-oeste, tuvo que desplazarse por tierra, y no en helicóptero, de la base aérea de Andrews a la Casa Blanca.