El Grupo de Política Monetaria recomendó al Banco Central subir la tasa de interés a 3,25% y mantener el sesgo a favor de una normalización gradual de dicho instrumento de política. Esto ya que consideran que las presiones inflacionarias aún se encuentran bajas.

Además el grupo recomendó transparentar lo más posible la evaluación de la relación entre el tipo de cambio real observado y el equilibrio condicional de sus proyecciones a futuro.

Dicha evaluación proveerá de valiosa información sobre la conveniencia de una eventual intervención en el mercado cambiario y la interacción entre ella y la política monetaria.