Familias sin vivienda se instalaron este lunes en la cancha de fútbol de un club barrial de Buenos Aires, mientras se mantiene una tensa tregua en la violencia social que estalló en un vasto parque ocupado hace seis días por miles de personas, con saldo de al menos 3 muertos.

“En este momento hay una segunda toma en un predio cercano. Nos preocupa que no se imponga la ley. No puede ser la ley del más fuerte”, dijo la ministra de Desarrollo Social de la capital argentina, María Eugenia Vidal, al confirmar la existencia de intrusos en otro terreno de la empobrecida zona sur.

Los sin techo entraron por la fuerza en el campo de fútbol del club Albariño y montaron sus tiendas de campaña, en reclamo de una vivienda urgente, como lo hacen en el Parque Indoamericano, el segundo más grande de la ciudad, unos 5.000 hombres, mujeres y niños, en su mayoría inmigrantes latinoamericanos.

El Gobierno federal, enfrentado políticamente al comunal, reveló este lunes que grupos de encapuchados intentaron desalojar por la fuerza la madrugada del lunes a los intrusos del Indoamericano y fueron dispersados por la policía militarizada que movilizó el domingo para impedir los enfrentamientos.

Un cerco de centenares de soldados de Gendarmería y Prefectura, ambos de la policía militarizada, fue montado alrededor del parque de 130 hectáreas, cuyos vecinos reclaman airadamente el desalojo, con apoyo de grupos violentos, entre ellos ‘barrabravas’ de fútbol.

Noches de pánico, corridas, disparos aislados y ataques con piedras se registran con intermitencia en el barrio de Soldati, donde está el Iberoamericano, desde que el martes pasado se produjo la ocupación del segundo parque más grande de la capital, después del bosque de Palermo.

“No nos iremos sin garantía de que tendremos vivienda”, había anunciado Alejandro Salvatierra, uno de los líderes de la ocupación y dirigente de asentamientos que en Argentina se denominan ‘villas miseria’.

Un 10% de los tres millones de habitantes de Buenos Aires vive en asentamientos, cuya población aumentó 25% en los últimos años, según cifras oficiales.