Las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que se celebrarán en agosto de 2011 en Madrid, estarán marcadas por “la sobriedad”, indicó este martes en el Vaticano el coordinador del evento, el obispo español César Franco Martínez.

Las jornadas, que deberán congregar a miles de jóvenes de todo el mundo del 11 al 21 de agosto y a las que asistirá el papa Benedicto XVI, “serán una fiesta, como pidió el pontífice, pero realizada con criterio de austeridad por la crisis económica”, aseguró el religioso, obispo auxiliar de Madrid, durante una conferencia de prensa.

Las JMJ, que fueron declaradas Acontecimiento de Excepcional Interés Público por la Ley de Presupuestos Generales del 2010, lo que le permite contar con patrocinadores privados, cuenta con el apoyo “entusiasta” de las instituciones del Estado español, aseguró por su parte el cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid.

“La colaboración con el gobierno ha sido abierta, amplia y generosa”, declaró el purpurado, quien ha protagonizado en el pasado duras campañas contra algunas reformas del ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero como el matrimonio homosexual y la ampliación de la ley del aborto.

Los organizadores esperan una asistencia mayor que a las JMJ de Sídney (Australia), en julio de 2008, que congregaron a 300.000 personas.

Los encuentros con los jóvenes, concebidos por Juan Pablo II en 1986, ya habían sido organizados en España, en 1989 en Santiago de Compostela.

“Se vuelven a celebrar en España pero en un contexto muy diferente al de hace 25 años, cuando la juventud estaba profundamente marcada por las revueltas de mayo del 68 y la Iglesia estaba ausente”, explicó el cardenal Rouco Varela.

“Los jóvenes de hoy no son como los de 1989, la problemática de ahora es muy diferente, diría post-marxista. Es que la situación cambió radicalmente, los jóvenes piden apoyo ahora para el trabajo y la Iglesia los está acompañando en forma profunda”, subrayó el cardenal.

Al encuentro de Madrid se han inscrito ya 170.000 jóvenes y el gobierno está estudiando la posibilidad de otorgar una visa especial para los jóvenes de América Latina, Asia y África que quieran asistir.