El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció este jueves que destituirá a los policías que lo secuestraron en el marco de la sublevación, y dijo que no derogará una ley que motivó el amotinamiento.

Estos “supuestos policías nacionales avergüenzan a la institución policial, tendrán que salir de las filas policiales”, dijo Correa en un discurso ante miles de simpatizantes, tras ser rescatado por militares y policías leales.

“Nos dejaron secuestrados, no nos dejaban salir, llenos de amenazas y armados”, agregó el mandatario, que atribuyó la rebelión a un intento de golpe de Estado de sectores próximos al ex mandatario Lucio Gutiérrez, un coronel en retiro derrocado por una revuelta popular en 2005.

Correa dijo también que no derogará la ley aprobada la noche del miércoles por la mayoría oficialista de izquierda en el Legislativo, que eliminó las bonificaciones, comisiones y estímulos económicos por el cumplimiento de años de servicio para todos los empleados públicos, incluidos los miembros de la fuerza pública.

“Fueron unos cuantos que serán sancionados, no habrá perdón ni olvido y por supuesto la ley no será derogada. Con nosotros por el diálogo todo, por la fuerza nada”, remarcó.

Por su parte, el fiscal general de Ecuador, Washington Pesántez, anunció duras sanciones contra los policías que se rebelaron y mantuvieron secuestrado al presidente Rafael Correa durante unas doce horas en un hospital de Quito.

“Iniciaremos la acciones legales en contra de quienes promovieron esos actos de sublevación tipificados como delitos”, dijo Pesántez por la televisión.

Agregó que la fiscalía investigará a los “conspiradores” que “pretenden utilizar a la institución policial” para “sancionarlos como corresponde”.

El fiscal advirtió que los policías que “atentaron contra el presidente” serán castigados por los delitos de “secuestro o plagio”.

Un fuerte operativo militar logró rescatar al mandatario socialista, que estuvo retenido en el sanatorio de la Policía al norte de la capital y cuyos alrededores habían sido sitiados por cientos de uniformados insubordinados.

Grupos de policías y militares se rebelaron el jueves en rechazo a una ley gubernamental aprobada por el Legislativo el miércoles, que reducirá determinados beneficios económicos de los miembros de la fuerza pública.

Correa denunció que fue víctima de un intento de golpe de Estado por parte de sectores de oposición, incluidos de las Fuerzas Armadas y la Policía, allegados al ex mandatario Lucio Gutiérrez, un coronel retirado del Ejército derrocado en abril de 2005.