La Organización Mundial de la Salud (OMS) pasó un mal trago este martes durante una audiencia ante el Consejo de Europa en la que negó haber sufrido presiones de las farmacéuticas para declarar la pandemia de gripe AH1N1.
La OMS estaba invitada a responder a las preguntas de los parlamentarios de la organización paneuropea en Estrasburgo (este de Francia). Hace unas semanas algunos de ellos estimaron que la pandemia era “falsa” y pidieron una investigación.
La agencia de la ONU negó las acusaciones del epidemiólogo alemán Wolfgang Wodarg, quien la había acusado de haber exagerado la amenaza de gripe calificándola de “pandemia” bajo la presión de los laboratorios farmacéuticos.
“Nuestros niños fueron vacunados inútilmente, la OMS cometió un error grave y no merece nuestra confianza”, declaró.
“Los laboratorios no esperaban más que eso, pese a que la enfermedad era relativamente poco severa”, afirmó, insistiendo en que querían “ingresos jugosos”.
Los acusó de haber “utilizado sustancias con efectos poco conocidos”, exponiendo las personas vacunadas a posibles riesgos. “No se puede excluir una posibilidad de casos de cáncer” en el futuro, se atrevió a adelantar.
El asesor especial de la OMS para las pandemias, Keiji Fukuda, replicó diciendo que la organización “no ha sido indebidamente influida por los laboratorios” y recordó que los expertos consultados “deben firmar una declaración relativa a sus intereses privados”.
Criticado por su falta de transparencia, el número dos de la OMS alegó que algunos datos no eran publicables por un tema legal, sin resultar muy convincente.
La definición misma de pandemia, otro de los temas sujetos a polémica, ocupó un lugar durante la audiencia.
Según Wodarg, depende sobre todo de la morbilidad.
Para Fukuda, por el contrario, se habla de pandemia “cuando un nuevo virus se propaga en el mundo”. “No se puede saber inmediatamente cuántas víctimas hará y se necesitarán al menos dos años para una estimación definitiva”, añadió.
Un comité de expertos de los ocho países más expuestos estimó por unanimidad que se daban todos los criterios para declarar la pandemia en junio de 2009, se justificó el consejero de la OMS.
En nombre de los fabricantes europeos de vacunas, el doctor Luc Hessel declaró que entre los 38 millones de personas vacunadas en Europa los problemas constatados eran de categoría “débil a moderada”, sin precisar la cifra de los afectados.
La comisión de Salud encomendó al laborista británico Paul Flynn la elaboración de un informe para la Asamblea del Consejo de Europea que deberá emitir una recomendación al respecto.
La gripe pandémica AH1N1 mató al menos a 14.142 personas en el mundo desde su aparición entre marzo y abril en el continente americano, según el último balance divulgado por la OMS.
Tras la declaración de pandemia, muchos gobiernos se apresuraron a hacer pedidos de vacunas.
Pero ante el poco éxito de la campaña de vacunación y la posibilidad de vacunar con una sola dosis, en vez de las dos previstas inicialmente, varios gobiernos, como los de Alemania, Bélgica, Noruega y España, revisaron a la baja sus pedidos. Francia incluso anunció la anulación del encargo de 50 millones de dosis.
Ante este panorama, el grupo farmacéutico suizo Novartis, que fabrica una de las vacunas contra la gripe AH1N1, advirtió a los gobiernos que sus decisiones no están exentas de consecuencias.
“La próxima vez que haya una pandemia –y la habrá– los gobiernos que hayan sido socios fiables serán tratados de forma preferente”.