Científicos chilenos alertan sobre impacto a animales invertebrados marinos por murallas costeras

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Por Ignacia Sáiz
Con información de Comunicado de Prensa.

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Lunes 30 noviembre de 2020 | Publicado a las 14:20

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Investigadores compararon los efectos de las defensas costeras artificiales en Chile y California, abarcando más de 225 kilómetros de playas, y su principal resultado fue identificar cómo esas construcciones afectan a especies que viven en la zona intermareal.

En un país con más de 6.400 kilómetros de costas, donde las defensas costeras artificiales frente a las playas son comunes, resulta sorprendente saber que existe escasa información sobre la ecología y las consecuencias de estas obras de ingeniería sobre la fauna de las playas. En un reciente estudio liderado por el Dr. Eduardo Jaramillo, académico de la Universidad Austral de Chile (UACh) del programa de Magíster en Ciencias, Mención Recursos Hídricos, se obtuvieron conclusiones únicas sobre las costas de Chile y California.

Los resultados se publicaron en la revista científica Science of the Total Environment, en la cual dieron a conocer que la instalación de defensas costeras afecta fuertemente la diversidad y abundancia de macroinvertebrados intermareales, es decir, los organismos que viven entre la marea máxima y mínima.

El Dr. Jaramillo, junto a los otros autores Jenifer Dugan, David Hubbard, Mario Manzano y Cristian Duarte, analizaron qué sucede con las especies que viven en 9 playas arenosas de la zona centro sur de Chile -específicamente a lo largo de aproximadamente 150 km de costa en las Regiones del Maule y Bío Bío-, y en 5 playas ubicadas a lo largo de cerca de 75 km de la costa de California, en Estados Unidos. En cada una de esas playas se compararon secciones con defensas costeras artificiales como murallas de cemento y revestimientos rocosos con secciones sin esas construcciones artificiales, y se recolectaron muestras de arena a intervalos regulares a lo ancho del intermareal. Las muestras fueron pasadas por cedazos y los macroinvertebrados retenidos en los mismos se guardaron para identificación de las especies y recuento de abundancia en el laboratorio.

El investigador Jaramillo explica que se estudiaron las playas de Chile y California porque en ellas habitan especies de macroinvertebrados similares, de tal modo que realizar comparaciones inter-hemisféricas añade generalidad a los resultados y conclusiones.

“Estos resultados permiten concluir que mientras más interacción ocurra entre las defensas costeras y las mareas y el oleaje, o en otras palabras, a menor distancia entre esas estructuras y el límite superior de mareas y olas, mayor es la afectación sobre la presencia y abundancia de macroinvertebrados, especialmente de aquellos que habitan los niveles superiores y medios del intermareal de la playa, como las pulgas de mar, y que en muchos casos desaparecen debido a que tales estructuras han ocupado el hábitat donde estos organismos normalmente viven”, dijo Jaramillo.

Agregó que “lo más interesante es que los resultados de una gran perturbación natural, como fue el terremoto del 27F 2010 en la costa del centro sur de Chile, concuerdan con nuestros hallazgos. Como resultado del 27F, esa costa se levantó, por lo que el ancho de las playas arenosas aumentó. Es decir, se recuperaron sectores del intermareal que se habían perdido para los macroinvertebrados por la ocupación de murallas de cemento y revestimientos rocosos. Posterior a esa recuperación del intermareal y en cosa de semanas, los niveles superiores y medios de las playas así recuperadas fueron colonizados por especies típicas de esos niveles y que habían desaparecido por pérdida de hábitat intermareal debido a la presencia de defensas costeras artificiales”.

El crecimiento de la población costera y los efectos del cambio climático, como marejadas y aumento del nivel del mar, pronostican un desafío a la sustentabilidad, ya que tales efectos pronostican un aumento en la instalación de defensas costeras. Esta investigación plantea la necesidad de conciliar un equilibrio entre la protección del área urbanizada de la costa y la diversidad biológica de las playas arenosas.

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