Una inspiradora historia es la que ha protagonizado la perrita Cala en Costa Rica. Hace cuatro meses se supo que ella era sometida a malos tratos por parte de su dueño, un mecánico de San José. Afortunadamente, fue rescatada por una ONG canina y su recuperación ha sido notable.
Según detalla el diario Clarín, el animal estaba atado con una cadena demasiado corta, la que no le permitía apoyar su cabeza en el suelo y descansar; a eso se sumaba que el implemento no le permitía respirar de buena forma.
Por otra parte, el hombre le daba comida y agua de forma esporádica, por lo que estaba en evidente estado de desnutrición. Tampoco era llevada al veterinario cuando se enfermaba.
Por fortuna, todo esto cambió cuando, en octubre pasado, vecinos y el refugio de animales Territorio de Zaguates interpusieron una denuncia contra el dueño y lograron sacar a Cala del lugar.
Lya Battle, fundadora de este refugio, declaró a Clarín que el estado de la perrita era lamentable, ya que se notaba que el propietario no la cuidaba de forma adecuada. La joven añadió que si bien no encontraron señales de golpes en su cuerpo, no descartaban que hubiera agresiones físicas en antaño.
“La imagen que vi por primera vez de ella mostraba a una criatura lamentable despojada de su dignidad y lista para rendirse. Un perro cuyo espíritu había sido destruido y estaba esperando el final, mientras vivía una pesadilla”, indicó.
Battle indicó que el proceso de recuperación de Cala fue lento, ya que debían hacer que recuperar su peso normal y curar sus heridas del cuello, las cuales le causaron mucho dolor.
No obstante, lo peor vino cuando, en diciembre pasado, unos sujetos entraron hasta el refugio y envenenaron a un grupo considerable de perros, entre los que se encontraba Cala.
Por suerte la dosis de veneno que había ingerido fue muy baja, por lo que pudo sobrevivir al ataque, aunque estuvo una semana en cuidados intensivos en el veterinario.
“Después de años de negligencia, tortura y encarcelamiento, parece estar sacando todo el mal comportamiento fuera de su sistema. Ella es feliz, fuerte, voluntaria y mimada. Le ganó a la muerte”, declaró Battle.
El pasado 19 de enero, el refugió informó que Cala había sido adoptada por una familia, la cual se ocupa de sus cuidados más elementales. Recuperó su peso y todas las heridas de su cuello desaparecieron.
