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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Durante el verano, las altas temperaturas requieren precaución al hacer ejercicio al aire libre. Miguel Palominos, de Preparador Físico Santo Tomás, aconseja evitar el sol intenso, mantenerse hidratado, y usar protección solar. Advierte sobre señales de alerta como mareos y calambres, recomendando detenerse y buscar ayuda médica si es necesario. Para hidratarse, sugiere beber agua antes y durante el ejercicio, con pequeñas dosis de carbohidratos para energía. Después de entrenar, es vital reponer líquidos y consumir carbohidratos.

Con la llegada del verano, las altas temperaturas se convierten en las protagonistas indiscutibles de la temporada estival. Aunque este clima es ideal para disfrutar de distintos panoramas, realizar actividad física al aire libre requiere tomar mayores precauciones para resguardar la salud.

En este sentido, Miguel Palominos, jefe de carrera de Preparador Físico del IP-CFT Santo Tomás, Sede San Joaquín, entregó una serie de recomendaciones para entrenar de forma segura durante los días calurosos.

“Es fundamental evitar los horarios de mayor radiación solar, especialmente durante la media tarde. Lo ideal es programar la actividad física en la mañana o en la tarde noche, cuando las temperaturas son más bajas, lo que permite disminuir el riesgo de deshidratación y golpes de calor”, señaló Palominos.

Además, enfatizó que, independiente del horario, es imprescindible mantener una buena hidratación, junto con el uso de bloqueador solar, gorro, lentes de sol, poleras con filtro UV y calzado adecuado, elementos que ayudan a proteger el cuerpo de los efectos nocivos del sol.

Recomendaciones para hacer deporte en verano

El especialista advierte que existen síntomas que no deben ser ignorados durante el ejercicio, tales como “visión borrosa, mareos, dolor de cabeza, sudoración excesiva, calambres y vómitos son señales de alerta. Si una persona presenta alguno de estos síntomas, debe detener inmediatamente la actividad y, si persisten, acudir a un centro asistencial”.

Respecto a la hidratación y la alimentación, Palominos entregó recomendaciones específicas según el momento del entrenamiento:

Antes del ejercicio:

– Consumir entre 5 y 10 ml de agua por kilo de peso, entre 2 y 4 horas previas.
– Realizar la última comida principal 2 a 3 horas antes y, hasta 45 minutos previos, ingerir una pequeña dosis de carbohidratos.

Durante el ejercicio:

– Beber entre 400 y 800 ml de agua por cada hora de actividad, idealmente fría (entre 3 y 5 °C).
– Si el ejercicio se extiende por más de una hora, incorporar pequeñas dosis de carbohidratos, como medio plátano, una barra de cereal o un yogur.

Después del ejercicio:

– Consumir entre 1,5 y 2 litros de agua dentro de las primeras cuatro horas posteriores al entrenamiento.
– Se pueden incluir bebidas isotónicas y, dentro de los primeros 15 minutos, ingerir carbohidratos simples de rápida absorción, como fruta, un pequeño sándwich o incluso una porción moderada de chocolate.

Finalmente, el experto recalcó que la actividad física es fundamental para la salud, pero debe realizarse con responsabilidad. “Entrenar informado y cuidando el cuerpo permite disfrutar del deporte incluso en verano, evitando riesgos innecesarios”, concluyó.