La terrible muerte de Colin Scott: su cuerpo se disolvió tras caer a un géiser en Yellowstone

Fue en 2016 cuando la historia de Colin Scott generó conmoción en Estados Unidos. Se trató de un joven de 23 años que murió de una forma terrible en el parque de Yellowstone, uno de los más famosos de ese país.

En resumidas cuentas, en junio de ese año el estudiante universitario estaba de paseo junto a su hermana. Un viernes, ambos realizaron un largo trekking por el lugar, el cual concluyó con un accidente fatal para él: cayó dentro de una fuente termal, tipo géiser, y su cuerpo se disolvió.

De acuerdo a lo que informó BBC, durante aquella caminata Colín y la mujer se desviaron totalmente del camino que estaba delimitado para turistas. Una primera versión aseguraba que los dos se habían perdido, y llegaron al área de géiser de forma accidental.

No obstante, la investigación policial determinó, semanas después del deceso del hombre, que en realidad ambos habían estado buscando una zona para refrescarse.

Algo que quedó documentado fue los dos se dieron cuenta de que aquellas fuentes de agua eran mortales para el ser humano. Sin embargo, igual se acercaron a curiosear.

Fue así como Colin incluso quiso tocar el agua, pero justo en ese instante resbaló debido a la humedad de la zona, cayendo dentro de uno de los géiseres.

Su hermana corrió de inmediato a avisar a la seguridad del parque, pero los trabajadores no pudieron hacer mucho, ya que su cuerpo había sido disuelto debido a la temperatura extrema del lugar.

Finalmente el informe de la policía determinó, luego de investigar la situación, que no había quedado ningún rastro de Colin Scott.

Desde Yellowstone detallaron, en ese entonces, que el agua de aquel lugar, denominada cuenca de Norris, puede llegar hasta los 90 grados celsius, por lo que es inapropiado que las personas se acerquen.

“El agua se caracteriza por ser muy caliente y también por su alta acidez”, detalló Morgan Warthin.

Se estima que 4 millones de personas visitan el lugar cada año. Hasta los géiseres sólo pueden acceder visitantes por medio de guías especializados.

A eso se suma que, hacia 2020, 22 personas habían muerto en aquel lugar.