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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Argentina, conocida como refugio de nazis post Segunda Guerra Mundial, se suma la historia de Friedrich Kadgien, oficial de las SS, acusado de quedarse con un cuadro robado a un galerista judío en Países Bajos en 1943. Kadgien se estableció en Mar del Plata, donde se ocultó y murió en 1978. El cuadro, "Retrato de una dama", fue recuperado recientemente en su casa, desatando una investigación judicial que involucra a su hija y a su esposo por encubrimiento de contrabando.

Friedrich Kadgien, oficial de las SS, se estableció en Buenos Aires desde 1951 y murió en 1978. Un reciente anuncio inmobiliario en internet permitió dar con una obra de arte sustraída durante el nazismo y recuperar su historia como saqueador.

Entre leyendas urbanas y certezas, Argentina construyó por décadas una fama como refugio de nazis después de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, Josef Mengele, el infame médico de los experimentos humanos durante el genocidio, y Adolf Eichmann, conocido como “el arquitecto del Holocausto”, huyeron hacia Sudamérica y se establecieron varios años con identidades falsas y supuesta protección gubernamental.

Ahora, se suma a la lista de historias de nazis en Argentina la de Friedrich Kadgien, oficial de las SS -fuerzas paramilitares al servicio de la Alemania de Adolf Hitler- acusado de quedarse con un cuadro robado a un galerista judío de Países Bajos en 1943 para lucirlo en su casa de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, lugar que usó para ocultarse y en el que murió en 1978.

El retrato de una dama que expuso la huida de un nazi a Sudamérica

Detrás de la puerta de un chalet de piedra, en un barrio residencial y sobre calle Padre Cardiel al 4.100, descansaba colgado en el living “Retrato de una dama”, la obra pintada por el artista italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), alias “Fra Galgario”, que había sido robada por los nazis hace más de 80 años en el local de Ámsterdam.

Friedrich Kadgien
Friedrich Kadgien

Oculta durante ocho décadas, su pista se apagaba entre archivos sellados, testimonios quebrados y el aparente silencio (o ignorancia) de los descendientes de Kadgien.

El hermetismo se rompió días atrás por un detalle mínimo, digno de una película: un anuncio inmobiliario en la web. Es que en la foto del interior de la casa de los Kadgien se veía el polémico cuadro, colgado en la pared como si fuera uno más del montón.

La novedad no llegó por los medios argentinos, sino por una publicación del diario holandés AD y escaló de inmediato a la Interpol. De hecho, Kadgien era una figura bastante desconocida.

La alerta aterrizó en el despacho del fiscal federal Carlos Martínez, que abrió un expediente, pidió un allanamiento y se presentó en la casa en cuestión. Cuando personal de la Policía Federal entró al chalet, el óleo ya no estaba.

“No está el cuadro, solo se secuestró una carabina y un revólver calibre 32”, declaró Martínez a la prensa local, dejando en el aire el eco de un robo que vuelve desde el pasado.

El recorrido del cuadro está atado al nombre del jerarca nazi Friedrich Kadgien, también conocido por el apodo de “mago de las finanzas de Hitler” o “La Serpiente” por su rol como saqueador de bienes judíos, que escondía en Sudamérica. Oficial de las SS, fue un hombre cercano a Hermann Göring, el creador de la Gestapo y estrecho colaborador del Führer.

En la posguerra, el empresario alemán huyó por la ruta habitual de los fugitivos nazis, esa que incluía Suiza, Brasil y finalmente Argentina, donde se instaló en 1951 y murió en 1978. Su cuerpo descansa en el cementerio alemán.

Nadie lo persiguió en vida. Pese a haber sido interrogado por los aliados, que lo calificaron como “una serpiente de la peor calaña”, nunca fue catalogado formalmente como criminal de guerra.

“Federico Gustavo”

Por estas tierras, y a diferencia de otros criminales nazis, Kadgien no cambió su apellido. Apenas eligió como nombre “Federico Gustavo”, obtuvo la ciudadanía argentina, montó la empresa Imhauka Argentina S.A., dedicada a la compra y venta de mercancías, y tejió lazos comerciales con Alemania y el gobierno de Juan Domingo Perón.

Investigaciones de DW aseguran que el financista actuó como intermediario de las compañías Siemens y Rheinmetall, incluso en operaciones de venta de armas a Brasil. En paralelo, levantó propiedades en Vicente López y Mar del Plata. Allí, en el barrio Parque Luro, terminó colgando el cuadro robado.

Pasaporte de Kadgien
Cedida

El retrato de Giuseppe Ghislandi pertenecía al coleccionista neerlandés Jacques Goudstikker, uno de los tantos afectados por el saqueo nazi y colaborador en el rescate de víctimas judías del Holocausto.

En 1943, durante la ocupación alemana, el óleo pasó a manos de Friedrich Kadgien y permaneció oculto entre mudanzas y herencias familiares. Ochenta y dos años después, la principal apuntada en la causa es su hija, Patricia Kadgien, empresaria textil de 59 años.

A raíz de la amenaza para entorpecer la causa, la mujer y su esposo quedaron bajo arresto domiciliario, investigados por encubrimiento de contrabando. El fiscal Martínez confirmó que, además de las armas secuestradas, se ordenaron nuevos allanamientos en otros cuatro domicilios de Mar del Plata.

El cuadro está en buen estado

Finalmente, los descendientes de Friedrich Kadgien entregaron el cuadro denunciado el miércoles pasado.

“Está en buen estado de conservación por los años que tiene, ya que es de 1710. En torno a los 50.000 dólares puede ser su valor. Se puede entrar a las páginas de subastas y un cuadro de este artista está, el más barato, en 30.000 dólares, y el más costoso en 70.000”, declaró el perito y profesor de arte, Ariel Bassano, quien trabajó a pedido de la Justicia.

Según el diario La Capital, “Retrato de una dama” quedará guardado en una recámara especial al contacto primero de los agentes externos y después de luz artificial o natural que pueden llegar a eventualmente dañarla.