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Un análisis de ADN realizado en la ropa de una de las víctimas de 'Jack el Destripador', el legendario asesino serial que aterrorizó Londres en 1888, habría revelado finalmente la identidad de este mítico criminal después de más de 135 años de incertidumbre. Con el nombre de Aaron Kosminski en el centro de la escena, se reabre la investigación que tras décadas de teorías y mitos, podría poner fin al enigma que ha envuelto a uno de los casos más notorios y sanguinarios de la historia criminal.

La identidad de uno de los primeros asesinos seriales de la historia, ‘Jack el Destripador’, fue un misterio que alimentó una serie de teorías por más de 135 años. Sin embargo, un análisis de ADN que se le hizo a la ropa de una de sus víctimas, habría revelado por fin el rostro y nombre de esta mítica figura criminal.

Por décadas fue uno de los casos sin resolver más emblemático de Reino Unido y Europa, y hoy, ad portas de aclararse, repasamos la cruda historia e impacto cultural del que fue el hombre más buscado a fines del siglo XIX.

¿Qué crímenes cometió?

En la historia mundial del crimen, este hombre se encuentra entre los asesinos más misteriosos y famosos, pese a cometer sus despiadados actos en 1888, quitándole la vida al menos a cinco mujeres en Whitechapel, un barrio de Londres.

Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly fueron los nombres de las fallecidas a manos de este asesino en serie, las cuales nunca se llegaron a conocer, pero que de igual manera pasaron a la historia como las ‘víctimas canónica’ (reconocidas oficialmente) de ‘Jack el Destripador’.

En aquella época, el barrio de Whitechapel correspondía a uno de los más marginales de la capital inglesa y, amparado por la oscuridad que le brindaba los recovecos y callejones de la zona, el sujeto cometió sus atroces crímenes que consistían en cortes de garganta, desfiguración del rostro, extirpación de órganos y mutilaciones con una violencia que paralizó a Reino Unido y el mundo entero.

Pese a que, en ese año, los ataques contra mujeres alcanzaron una gran cifra, la Policía Metropolitana de Londres sólo pudo atribuirle cinco de estos asesinatos a ‘Jack el Destripador’, los cuales estaban conectados por sus elementos en común y modus operandi. A lo largo de los distintos relatos históricos que han abordado este caso, se cree que las víctimas de este hombre fueron muchas más.

Junto a la entrada de un establo, unos carreteros que se encontraban camino a sus respectivos trabajos fueron los que encontraron a Mary Ann –la primera mujer asesinada-, quien estaba recostada de espaldas, con los ojos abiertos hacia el cielo, las piernas estiradas y la falda levantada hasta las rodillas. Llevaba muerta media hora.

Con la duda si la mujer estaba muerta o borracha, llevaron su cuerpo a la estación de policía más cercana, donde se confirmó su fallecimiento y se pudo saber, además, que su vagina se encontraba apuñalada y su abdomen mutilado, lo que se reveló a posteriori como una especie de firma. El conocimiento de anatomía del asesino fue lo que más sorprendió a los forenses.

Afiche de Jack el Destripador
Afiche | Archivo

Su segunda víctima, Annie, era una hija de un soldado de caballería que acabó quitándose la vida y una mujer que perdió a cuatro de sus hermanos. Trabajaba en un popular pub del barrio y fue a la salida de este recinto donde acabó su vida.

El modus operandi fue aún más sanguinario, sumándole la extirpación del útero de la mujer. Sin embargo, después de esta muerte, fue la primera vez que ‘Jack el Destripador’ se contactó anónimamente con la policía con una carta firmada por él y escrita con letras rojas.

“No cejaré en mi tarea de destripar prostitutas. Y lo seguiré haciendo hasta que me atrapen. El último trabajo salió bordado. Retengan esta carta, sin hacerla pública, hasta el próximo. No les importe llamarme por mi nombre artístico”, habría escrito el asesino en la carta.

Cabe consignar que, a lo largo de la historia, se ha señalado que las víctimas de este despiadado sujeto correspondían a prostitutas, sin embargo, esta afirmación ha sido debatida por distintos historiadores.

Dibujo de periódico de Jack el Destripador
Dibujo de periódico de Jack el Destripador | Archivo

Le continuaron los asesinatos de Elizabeth y Catherine, quienes fueron encontradas durante la misma madrugada. En el caso de la primera, su cadáver fue descubierto sólo con un corte en su cuello y sin incisiones en su abdomen, como sí había ocurrido en las anteriores muertes.

Las condiciones de su cuarta víctima sí se asemejaron a su vil modus operandi, con el cuerpo de la mujer completamente cortado, con sus órganos puestos por encima de su hombro -los que correspondían a su riñón y su útero- y el rostro completamente desfigurado.

La historiadora estadounidense Hallie Rubenhold en su libro ‘Las vidas olvidadas de las víctimas de Jack el Destripador’, señala la muerte de Mary Jane como la más misteriosa y famosa de esta historia.

La autora de la investigación la señala como una alcohólica conocida en el barrio y, de acuerdo a los propios reportes de la época, como la joven más atractiva de las cinco mujeres, pero que sufrió los actos más viles, brutales y sádicos del anónimo asesino, dejándole el rostro irreconocible y extirpándole gran parte de sus órganos, incluso el corazón.

Su impacto cultural

La crudeza de sus actos, su anonimato y el carácter fantasmagórico que significó este asesino serial en Reino Unido y Europa atrajo la atención a nivel cultural, con particulares turistas que aún suelen visitar las calles y las edificaciones donde ‘Jack el Destripador’ cometió sus crímenes, incluso actualmente.

Y es que, más de un siglo después de sus despiadados asesinatos, lo que sabíamos de este criminal era lo mismo que sabían en su época. Es decir, nada. La ausencia de explicaciones y lo enigmático de su caso lo elevaron, sin explicación, en una leyenda de la bestialidad, inspirando libros, películas, obras de teatro y series hasta día de hoy.

Libros de Jack el Destripador
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Otra mirada de la que se abordó este horrendo caso fue más social y política, ya que las sanguinarias muertes de 1888 ayudaron a que los parlamentarios ingleses de la época se horrorizaran y le tomaran el peso a la situación que se vivía en ciertos barrios de Londres, como fue el caso de Whitechapel.

Los viles actos de ‘Jack el Destripador’ desnudaron la marginalidad de estas zonas que, para ese entonces, ya habían llegado al parlamento tras la fiebre de la peste. No obstante, estos crímenes forjaron, de cierta manera, la identidad de los habitantes de Whitechapel, ya que los historiadores explican que, con culpa, elevaron al asesino a una figura de lucha social.

¿Un misterio resuelto?

Tras largas décadas de teorías, investigaciones estériles y aún más mitos en torno a este críptico caso. En 2019, el historiador Russell Edwards, que se ha dedicado varios años a estudiar los crímenes del ‘Destripador’, junto a Karen Miller, una mujer que posee un vínculo familiar con una de sus víctimas, Catherine Eddowes, fueron quienes lograron reabrir este caso a nivel judicial y mediático.

Los archivos de Edwards revelaron una interesante hipótesis en torno a la figura de este asesino, la cual atrajo la atención de los seguidores de este caso tras, por fin, ponerle nombre y apellido a este monstruo. De acuerdo al historiador, se trataría de Aaron Kosminski, un barbero polaco que fue perseguido por la policía durante esos mismos años.


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“La gente se ha olvidado de las víctimas, que no obtuvieron justicia en su momento. Ahora necesitamos que esta investigación identifique legalmente al asesino”, enfatizó Miller en conversación con el Daily Mail.

Este escritor aseguró haber llegado a este hombre por una muestra de ADN que pudo encontrarse en una de las ropas con las que se encontró a Catherine al momento de su muerte y que fue recuperada gracias a un policía que estudió el caso y que posteriormente llegó al Museo del Crimen de Scotland Yard.

Suéter de víctima de Jack el Destripador
Foto | AFP

El mismo año en que Edwards y Miller exigían por la prensa que el caso se reabriera, en 2023, otra hipótesis que generó ruido fue la de la tataranieta de un policía británico que investigó a este famoso criminal, afirmando que la identidad de éste se trataba de Hyam Hyams, un vendedor de cigarros que padecía epilepsia y alcoholismo.

Una versión que, hace unas semanas, fue descartada por el equipo investigador que reabrió el caso de ‘Jack el Destripador’, apoyado de las evidencias de Edwards, confirmando que, efectivamente, Kosminski –que fue uno de los tres sospechosos en la época- fue la persona detrás de esta figura fantasmagórica.

De acuerdo a los archivos, el inmigrante polaco que llegó a Reino Unido en 1881 y se estableció en Whitechapel, trabajaba como barbero y, a su vez, padecía de esquizofrenia. Además, al momento de los asesinatos, sólo tenía 23 años.

Rostro de Aaron Kosminski
Rostro de Aaron Kosminski | Al Jazeera

Pese a no haber pruebas en su contra en aquella época, la Policía Metropolitana de Londres lo capturó y lo catalogó como principal sospechoso por su odio público hacia las mujeres y tendencias homicidas. Su captura no fue nada fácil y es que, luego de un amplio operativo, pudieron encontrarlo, encerrarlo, interrogarlo y soltarlo por falta de pruebas.

Aún falta la confirmación legal definitiva de estos resultados del análisis de ADN, los cuales arrojaron una coincidencia del 100% con Kosminski, lo que podría poner fin al gran misterio que ha azotado Inglaterra por más de un siglo.