Una mujer que trabajaba en una estación de servicio en Argentina fue despedida luego de que ella se rehusara a utilizar calzas ajustadas para trabajar. El hecho que ocurrió en 2012, tuvo luz verde casi nueves años después, cuando la justicia falló a favor de la afectada.

Por unanimidad, la Corte Suprema de Mendoza ordenó a los dueños de la bencinera a pagarle 150 mil pesos argentinos (cerca de un millón y medio de pesos chilenos) por un despido “discriminatorio” y por “daño moral” a la mujer.

El hecho ocurrió posterior a la denuncia de la joven, quien fue obligaba a usar su uniforme de trabajo de una talla inferior, ropa que le quedaba ajustada y por la cual recibía comentarios inapropiados por parte de los clientes. Cabe señalar que era la única mujer dentro de su equipo de trabajo.

Según información recogida por Infobae, la joven en una ocasión pidió a uno de sus compañeros varones utilizar uno de sus pantalones, debido a que las calzas que le entregaban sus empleadores le generaban gran incomodidad. Fue justo después de eso, que sus jefes la suspendieron por tres días, ya que no usaba dichas calzas.

Crónica Argentina

Luego de muchos encuentros con los empleadores, la joven se vio afectada emocional y psicológicamente, por lo que decidió no presentarse a trabajar los días siguientes, siendo finalmente despedida.

Ante esto, decidió emitir una denuncia, la cual fue acogida por la justicia y ahora está a la espera de recibir el monto que le corresponde por vejaciones por parte de sus exjefes.

En la resolución, el juez a cargo del caso determinó que la situación se considera “un estereotipo patriarcal tendiente a visualizar a la mujer destacando su cuerpo como instrumento y que la imposición de vestimenta claramente sexista importa una cosificación y degradación del cuerpo”, de acuerdo a Infobae.

“En el expediente hay pericias psicológicas que establecen la situación de angustia y ansiedad por las situaciones que había vivido la trabajadora por su trabajo al momento de expender combustible porque muchos de los asistentes de esa playa le manifestaban cosas que en esta sociedad ya deberían ser erradicadas. Una situación de angustia y discriminación“, señaló el juez Mario Adaro.

“Es necesario que los empresarios y que todos los que integramos la sociedad reflexionemos en un contexto de género. Hay que conscientizar al sector empresario”, concluyó la autoridad.

La empresa además, deberá pagarle a la joven todos los costos durante el juicio y se ordenó que dicha estación de servicio será fiscalizada en cuanto a trato a sus empleados.