La hepatitis E es una de las tantas variables de esta infección que afectan a los humanos. Según la OMS, cada año se registran cerca de 20 millones de casos en el planeta.

No obstante, solo 3,3 millones muestran síntomas que de no ser tratados y de ocurrir en pacientes con enfermedades de base serias o con sistemas inmunes deprimidos pueden causar hepatitis crónica y daños irreversibles en el hígado.

En 2015, esta cepa fue la causa de muerte para 44 mil personas alrededor del mundo y se contrae, de acuerdo al ente mundial, por vía oro-fecal, principalmente por el consumo de agua contaminada.

Ya hay una vacuna que logró su licencia en China, aunque no está disponible en el resto del planeta. Sin embargo, ahora hay otra preocupación: las ratas.

Desde 2018 que a nivel mundial se han registrado 12 casos de humanos con hepatitis E, pero que portan el virus que afecta a los roedores. 11 de ellos son de Hong Kong y uno de Canadá.

Este último fue un hombre que regresó de África a principios de 2019 y que requirió atención médica por molestias que terminaron siendo náusea, urticaria, ictericia e inflamación del hígado.

Pero pese al avance de la ciencia, el tiempo que ha transcurrido desde el primer caso y el esfuerzo por conocer más de la infección, los científicos no saben por qué ocurre.

Desconcierto

El último caso reportado ocurrió a principios de abril de 2020, aunque el gobierno local admitió que su Departamento de Salud investigaba una infección por hepatitis E derivada de rata el último día del mes.

El afectado fue un paciente de 61 años que terminó por desconcertar a las autoridades gubernamentales y de salud.

Ante el descubrimiento de esta nueva amenaza sanitaria, Hong Kong decidió comenzar a estudiar las poblaciones de roedores para analizar si portaban o no el virus y determinar los lugares donde vivían en mayor o menor cantidad.

Pero no se encontró presencia de estos animales en la casa del enfermo, quien tampoco tenía salidas registradas de esta región autónoma de China, cuya familia no presentó síntomas.

“Basado en la información epidemiológica disponible, la fuente y la ruta de infección no pudo ser determinada”, dijo el Centro para la Protección de la Salud de Hong Kong ese 30 de abril.

Así es como el mundo científico tampoco sabe por ejemplo el periodo de incubación ni cómo pasa del ratón al humano.

“Lo que sabemos es que las ratas de Hong Kong portan el virus, testeamos a los humanos y lo encontramos. Pero cómo exactamente se transmite entre ellos, si las ratas contaminan nuestra comida o hay otro animal envuelto, no lo sabemos. Esa es la conexión perdida”, dijo a CNN Siddharth Sridhar, un microbiólogo de la Universidad de Hong Kong que fue parte del equipo que descubrió esta cepa en 2018.

“Está pasando”

A juicio del especialista, la hepatitis E de la rata es un problema de salud que ha venido ocurriendo desde hace varios años, pero que no ha concitado mayor atención porque no se hace el examen correspondiente para detectarla.

El primer paciente, de hecho, salió positivo a esta infección solo una vez que el equipo que lo atendió modificó la prueba inicial, lo que arrojó un resultado único en la historia de la salud humana.

Así es como desde el mundo especializado alertan que la hepatitis E de la rata podría estar afectando a muchos más humanos, pero que sus casos no se conocen porque no han sido registrados ni documentados al no buscar atención médica o al no ser diagnosticados de manera correcta.

En el caso del canadiense, este pasó a engrosar la lista de casos porque fue objeto de pruebas médicas especializadas, las que detectan diferentes tipos de hepatitis E.

“Esto no debería estar pasando. Necesitamos vigilancia continua para controlar esta infección inusual. Realmente espero que las autoridades de salud den el primer paso y vean cuánto de sus poblaciones están realmente expuestas a la hepatitis E de la rata”, concluyó Sridhar.