En 1940, Chile reclamó soberanía sobre una porción de la Antártica en una zona que se superpone a las reclamaciones previas de Reino Unido y Argentina. Estos y otros 9 países firmaron un tratado que regula las acciones que se toman en la zona.

La última semana Argentina y Chile han vuelto a sacar chispas sobre sus reclamaciones en la Antártica luego de unas polémicas declaraciones del presidente Javier Milei, y en el contexto de que ambas soberanías reclamadas se superponen.

Los dichos del mandatario trasandino surgen a raíz del anuncio de la instalación de una base militar de Estados Unidos en Ushuaia (Tierra del Fuego). A partir de esa instancia, Milei afirmó que esta construcción “nos avala el reclamo sobre la Antártida”, añadiendo que es “el primer paso para empezar a pensar en la recuperación de Malvinas”.

Estas declaraciones no fueron bien recibidas en suelo chileno. La Cancillería dijo al respecto que “la reclamación argentina de la Antártica es histórica, al igual que la chilena. Y ambas se rigen por el Tratado Antártico que congela las reclamaciones de los países”.

¿En qué consiste el Tratado Antártico?

Se trata de un acuerdo firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington, Estados Unidos, en el cual participaron 12 países y que entró en vigor en 1961.

De acuerdo a información sostenida en el propio Tratado Antártico, este territorio será utilizado exclusivamente para fines pacíficos, investigación científica, así como la divulgación libre, y entre las partes, sobre los hallazgos que se realicen en la zona.

¿Pero qué dice sobre las soberanías? Un total de 7 naciones reclaman territorio en el cuarto continente más grande del mundo: Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido. Otros, como Estados Unidos y Rusia, afirman tener “fundamentos para reclamar”.

A partir del año en que se firmó el pacto quedaron congeladas las reclamaciones existentes, por lo que los países firmantes no podrán expandir su reclamación y nuevas naciones que busquen reclamar territorio no podrán hacerlo.

Al respecto, el artículo 4 es claro en señalar que “ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártida, ni para crear derechos de soberanía en esta región”.

En esa misma línea, solo 29 países tienen derecho a voto sobre las decisiones que se tomen en el continente (respetando los artículos del pacto).

El tratado original de 1959 fue firmado por Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Estados Unidos, Rusia, Bélgica, Japón y Sudáfrica.

Cronología de reclamaciones

De acuerdo a BBC, el primero en instalar una instalación científica en la zona fue Argentina en 1904 con Base Orcadas. Según destaca el medio, el país trasandino consideraba esta zona como una extensión de Tierra del Fuego, junto a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur.

Reino Unido, que controla estos territorios, hizo su reclamación en 1908 superponiendo su soberanía por sobre la de Argentina.

En 1911, Noruega reclama otra porción fundada en la obra de Roald Amundsen, quien fue la primera persona en llegar con una exploración al Polo Sur.

Le siguen Nueva Zelanda y Australia las que se consiguieron soberanía en 1923 y 1926, respectivamente, luego que la Corona Británica pusiera bajo su administración territorios que habían sido reclamados para el Imperio británico a manos del explorador James Clark Ross.

En el caso de Chile, nuestro país reclamó una porción en 1940, también fundándose en la extensión del territorio, la cual se superpone con la de Reino Unido y Argentina.