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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

En abril del 2024, un macabro hallazgo conmocionó al país: el cuerpo de una mujer religiosa fue encontrado en una maleta. Lo que parecía ser obra del crimen organizado, dio un giro inesperado al descubrir que otra monja había dejado la maleta con los restos. Resultó ser Erica Fernández Mora (58) y Lorenza Ramírez Barrera (81), quienes pertenecían a la misteriosa "Orden Ejército Cristo Rey". ¿En qué está el enigmático caso?

Más de un año ha pasado del enigmático caso que involucró a falsas monjas y tuvo expectante a todo el país. ¿En qué quedó la investigación del hallazgo del cuerpo de una mujer religiosa en plena calle de Ñuñoa?

El hecho se dio a conocer el 8 de abril de 2024, cuando un hombre encontró un cadáver al interior de una bolsa de nylon entre la basura en calle Los Talaveras.

Cabe recordar que en principio se sospechó que fuera producto del crimen organizado, sin embargo, días después, el caso dio un inesperado vuelco.

Tras la revisión de cámaras del sector, se descubrió que una mujer con hábito de monja había dejado una maleta en el punto, y dentro, estaban los restos óseos.

Al parecer, ambas mujeres religiosas mantenían un pacto secreto hasta la muerte y compartían una especie de congregación religiosa denominada “La Orden Ejército Cristo Rey”. Se trata de Erica Fernández Mora (58) y Lorenza Ramírez Barrera (81), fallecida y su amiga, respectivamente.

Esta última, habría trasladado el cuerpo de su amiga desde otro domicilio hasta su casa, donde lo mantuvo por al menos un año. De acuerdo a Mega, se desconoce la fecha en que la religiosa realizó el traslado.

“No se pudo acreditar ni descartar la participación de terceros. El cuerpo no presentaba ningún desgarro, ningún desmembramiento mecánico por decirlo de alguna forma”, señaló el comisario Vicente Torres.

Aunque Lorenza aseguró que su amiga murió a causa de un cáncer, el Servicio Médico Legal (SML) indicó que la causa de muerte era indeterminada en dos oportunidades.

Mientras avanza la investigación del caso, la mujer se mantiene en libertad viviendo junto a su hija en calle Los Jardines, en Ñuñoa. Vecinos del sector señalaron que son pocas las veces que se ha visto a la mujer desde que se abrió el caso.