A través de una reunión por Zoom, el viernes de la semana pasada los apoderados del Colegio John Dewey se enteraron de parte de las razones por las que el establecimiento educacional será cerrado a fin de año.
En dicha instancia -en la que no se aceptaron preguntas- una de las dueñas, Osane Pé Azumendi (74), explicó las dificultades que se han registrado entre el Centro de Padres y Madres y la dirección del establecimiento durante los últimos años.
De acuerdo a lo expuesto en dicha reunión, aquellas dificultades -relacionadas a las metodología y administración financiara- “tornan inviable la continuidad de nuestro proyecto educativo y del propio colegio”, según consignó La Segunda.
Además, aseguró que los otros dos socios -Nerea Pé Azumendi (70) y Sergio Riquelme (68)- no cuentan “con la misma energía, claridad e incluso salud necesaria para seguir adelante con el proyecto. Hemos decidido irrevocablemente cerrar el colegio que fundamos en nuestra ya muy pasada juventud”.
El cierre del colegio afectaría a más de 500 alumnos y 70 profesiones y funcionarios.
Proyecto inmobiliario
El colegio -que fue fundado en 1984- se encuentra ubicado en avenida Cristóbal Colón #3250, en la comuna de Las Condes.
El pasado 17 de abril, el arquitecto Sebastián Cerda Pé -hijo de Osane- ingresó un anteproyecto a la Dirección de Obras Municipales de la comuna, el cual contempla la construcción de dos torres en el terreno del colegio, según el medio.
De acuerdo al anteproyecto -ingresado a nombre de la sociedad Pé Pé Riquelme, dueña del establecimiento-, se trataría de una torre residencial de 15 pisos y otra de oficinas de ocho pisos.
Posteriormente, el 18 de junio entregó el anteproyecto con las modificaciones que realizó la dirección de obras.
En tanto, el 19 de mismo mes los apoderados recibieron un correo en el que se les anunció el cierre del establecimiento.
Según el Plan Regulador de Las Condes, el terreno donde está emplazado el colegio tiene un uso de suelo residencial mixto, por lo que se permiten inmuebles educacionales, servicios y comercio.
Además, tiene una superficie aproximada de 2.800 metros cuadrados que corresponden a dos terrenos propios que fueron fusionados.
De acuerdo al medio, solo está pendiente que sea aprobado por la arquitecta revisora del Departamento de Revisión del municipio. En caso de no ser así, tiene que entregar un nuevo anteproyecto.