El Instituto Nacional de Derechos Humanos presentó cuatro querellas por la denuncia de sustracción de menores durante la dictadura.

Según indica la denuncia, en algunos casos fueron engañadas, en otros incluso sedadas pero todo con un mismo objetivo: sustraer sus hijos recién nacidos. Tres de estas situaciones habrían ocurrido en el Hospital Barros Luco en Santiago y un cuarto en el Hospital de Concepción.

Esta denuncia la realizan cuatro mujeres que dicen que dieron a luz entre los años 1973 y 1989, quienes afirmaron haber sido separadas de los lactantes a sólo horas de su nacimiento, sin tener noticias de ellos transcurridos más de 30 años.

Hoy, el Instituto Nacional de Derechos Humanos sumó cuatro nuevas querellas contra quienes resulten responsables de estos hechos, los cuales son investigados en la causa que lleva adelante el juez Mario Carroza, tendiente a esclarecer la ocurrencia de estas situaciones en la década de los 70 y 80.

Pablo Rivera, coordinador de litigios del instituto, afirmó que en algunos de los casos existen antecedentes de que el objetivo de la sustracción podría estar relacionado con adopciones irregulares.

Una de las querellas se basa en el testimonio de Isabel Grondona, una mujer que dio a luz el 3 de octubre de 1980. Isabel relató que al término del parto consultó por su hija, a quien pudo ver durante un par de horas luego que se le informara que se encontraba bien de salud.

Sin embargo, al segundo día de hospitalizada, se le negó el acceso a ver a su hija e incluso fue sedada durante dos jornadas. Al despertar, se le informó que la lactante había fallecido y se le entregó un certificado de defunción que -a su juicio- no corresponde a la lactante.

Así lo relató Isabel Grondona, quien accedió a conversar con Bío Bío La Radio.

Las querella interpuestas por el instituto, se suman a la docena de otros casos ingresados que investiga el ministro Mario Carroza.