Han pasado dos años desde que entró en vigencia la ley que restringió la captura de jibia al método de la potera, y la extracción del recurso ha caído de manera considerable.
El único barco industrial que modificó su arte de pesca y se reconvirtió al método artesanal, es hoy un “elefante blanco” en Talcahuano.
Los parlamentarios que impulsaron el proyecto pedían a la industria reconvertir sus barcos para adaptarse a la nueva normativa y así mantener las plantas de proceso, que a su vez advertían que miles de trabajadores quedarían si empleo.
Al momento de entrar en vigencia la ley que prohibió el arrastre para sacar jibia en agosto del 2019, siete barcos industriales capturaban este recurso, todos de la región del Bío Bío, pertenecientes a 4 empresas.
José Ramírez, dueño de la pesquera San Lázaro, invirtió dos millones de dólares para instalar en su pesquero de alta mar “Leopardo” las modificaciones para línea de mano.
Sin embargo, dos años después asegura que la experiencia ha sido un desastre, tiene graves dificultades económicas y para no abandonar el barco a su suerte debe pagar tripulación en un verdadero elefante blanco.
De acuerdo a los datos de Sernapesca, de las 195 mil toneladas asignadas como cuota global de jibia el año pasado, sólo se extrajeron 55 mil, lo que equivale a un 28% de consumo.
Esto se debe a que el sector industrial dejó de participar, y para el sector artesanal la ley que les dejó casi la exclusividad de la captura coincidió con un alejamiento del calamar de las costas y con las dificultades de los mercados, como lo señala David Castro, presidente de la Coordinadora de jibieros artesanales del Bío Bío.
A las dificultades señaladas, también se sumó el contexto sanitario por coronavirus.
La operación industrial de pesca de jibia en Chile, entregaba sólo en la región del Bío Bío, 2 mil 500 puestos de trabajo en flota y plantas de proceso. Con el cierre de las líneas de jibia se perdieron empleos y mercados mundiales, indica Monserrat Jamett, jefe de sustentabilidad de Asipés.
El pesquero “Leopardo” modificado extrajo en 2020 13,6 toneladas de jibia, el mismo que antes de la ley capturaba entre 70 y 100 toneladas de jibia en un zarpe.
Mientra que el “Terranova” de pesquera Alimar, que abastecía a pymes de Valparaíso y a plantas de la industria en Bío Bío, pero que ya no pudo operar, hoy figura estacionado en estado de abandono en Valdivia.