Cinco días lleva desaparecida Constanza Chandía Rivera, una joven madre de Cañete que fue vista por última vez saliendo de su domicilio el viernes, según una denuncia por presunta desgracia.

De acuerdo a la versión de su pareja, quien fue la última persona que la vio, Chandía salió de su hogar en calle Mariqueo, frente al estadio de Cañete, el pasado viernes 27 de septiembre a eso de las 23:00 horas.

La joven, de 25 años, vestía un polerón celeste con capucha, calzas negras y zapatillas celestes. En su domicilio quedaron su celular, sus documentos y su hija de seis años.

La madre de Constanza, Gladys Rivera, contó que nunca habían atravesado por una situación como la actual.

Siempre cuando salía lo hacía con su hija. Salía, de repente con sus amigas, pero nunca había dejado el teléfono”, afirmó.

Ricardo Rivera, primo de la joven, detalló que de acuerdo al relato de la pareja, padre de su hija, ella no le habría comentado hacia dónde iba.

“Él nos dice que ni siquiera le dijo dónde iba a ir. Él salió a buscarla en la noche y no la encontró, y la presunta desgracia la colocó a las tres de la tarde del sábado en Cañete”, aseveró.

La policía ya tomó la declaración a todos sus amigos, la familia más cercana y su pareja. Además se han revisado las cámaras cercanas al domicilio.

El teniente José Pavez, de la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros de Cañete, comentó que no la han podido observar en las imágenes de las cámaras.

Sobre la posibilidad de que no haya abandonado el domicilio por su propia voluntad, el teniente manifestó que “ninguna hipótesis puede ser descartada”.

“(Se la está buscando) desde donde declara el denunciante que se la vio por última vez y se va viendo las vías por donde ella pudo haber pasado, y consultando a testigos, empadronando a personas”, detalló.

La madre de la joven pidió que, de tener información, por favor se comuniquen con ella al +56 9 8252 6663.

Constanza Chandía mide 1,65 metros, de contextura gruesa, tez clara, cabello castaño y ojos café.

Al momento de su desaparición, frente al estadio de Cañete, vestía un polerón celeste con capucha, calzas negras y zapatillas celestes.