Se acreditó que cometió dos ilícitos: abuso sexual reiterado y violación impropia. El Tribunal descartó la agravante de abuso de confianza.

Por unanimidad, los jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas condenaron a C.P.C. (reserva de identidad para proteger a la víctima), un adulto de 37 años que abusó reiteradamente de su hijastra durante un año.

Los abusos se iniciaron en abril de 2008 y se perpetraban en la noche, cuando la madre iba a trabajar. A cargo de la niña, el condenado le hizo tocamientos en su zona genital y otras partes del cuerpo.

Las agresiones fueron más allá y subieron de escala con el tiempo, con abusos sexuales acreditados por el tribunal y calificados como violación impropia.

“Los hechos provocaron en ella tendencial aislamiento, dificultades a nivel anímico, sentimientos de culpa, miedo, tristeza y alteraciones del sueño”, dice la acusación fiscal.

Los abusos se develaron cuando la víctima cumplió 18 años. Estampó la denuncia a la Policía de Investigaciones y la detención se concretó en julio del 2020. Desde entonces, el acusado cumple con prisión preventiva.

El juicio en su contra duró cinco jornadas y concluyó ayer. 12 testigos –incluyendo la afectada– y tres peritos se sentaron en estrados para declarar ante el tribunal. Finalmente, los jueces lo condenaron por dos delitos: abuso sexual reiterado en víctima de menos de 14 años y violación impropia.

“Las probanzas de cargo –testimonial, pericial y documental– son de la entidad para el establecimiento, tanto del hecho que configura el delito de violación como de los sucesos que constituyen abuso sexual reiterado”, dice el veredicto.

La pena que cumplirá el acusado se conoce el próximo miércoles. La Fiscalía solicita 12 años de presidio. Aunque en un comienzo la parte querellante pidió 22 años de prisión por cometer los delitos con abuso de confianza, los jueces descartaron esa agravante “por los razonamientos que se señalarán en el fallo”.