Con satisfacción, pero conscientes de los retos que vienen, recibieron ayer comerciantes y dirigentes gremiales de Punta Arenas, la noticia del término de la cuarentena y el paso a la Fase 2, tras 118 días en confinamiento.

Diario El Pingüino visitó ayer el centro comercial Caracol de Punta Arenas donde el flujo de público ha regresado a los niveles que eran normales previos a la cuarentena, lo que fue celebrado por algunos locatarios, aunque también hubo algunos que se mostraron preocupados por el paso dado ayer por las autoridades del Ministerio de Salud.

Paulina Reyes, empleada de uno de los locales, explica que recién abrieron el 25 de noviembre, con escaso público, recuerda. “Ahora se ha ido normalizando y eso es bueno para los locatarios de las galerías. Estoy contenta que entre gente y mostrar los productos que tenemos”.

“Bien, porque esto acarrea más flujo de gente y dinero para todas las personas. El trabajo está complicado para todo el mundo, así que está bien, que se termine. Este año ha sido muy complicado”, expresa.

Otro locatario, Sergio Forte, expresó: “Me parece bien, porque así la gente anda más tranquila. Esto se veía venir, así que contentos y felices”.

“Terrible, pero estamos sobreviviendo de a poco para mantener la clientela hasta que Dios quiera no más. Es muy bueno que abran previo a Navidad. Lo importante es que la gente se cuide, más que la cuarentena”, agregó Forte.

La locataria María Francisca Matulic se muestra más escéptica. “Estamos trabajando a medias, porque atendemos sólo para llevar. No me animo a sacar mesas a la calle, porque el sumario va a ser publicado hasta en Buenos Aires”.

“Lo que me extraña es que con una cantidad elevada de casos, nos cambien la cuarentena y cambien el toque de queda, cuando recuerdo que hace tres o cuatro semanas, las autoridades dijeron que tenían que ocurrir 20 casos diarios para levantar cuarentena y hoy con 120 casos la están levantando. Es una interrogante que creo que todo Punta Arenas se debe estar haciendo, ¿qué ocurre?, ¿por qué? y ¿por qué cuando había 40 o 50 estábamos todos encerrados”.

Agrega que espera el momento en que pueda recibir público al interior del local, porque “lamentablemente, ahora sólo puedo vender la mitad de lo que vendía anteriormente”, explicó.