Vanessa Kaiser: "Si Kast tiene mano blanda, muy probablemente le van a hacer un Golpe de Estado"

La “más extrema” de los hermanos, así se autodefine Vanessa Kaiser, quien a partir de marzo de 2026 llegará al Senado en representación de la región de La Araucanía.

En conversación con BioBioChile, la militante del Partido Nacional Libertario (PNL) aborda distintos temas de contingencia política, como la incertidumbre que existe respecto a si su hermano Johannes, excandidato presidencial, integrará o no el gabinete de José Antonio Kast. Para Vanessa, la decisión requiere un vasto análisis.

Consultada por si cree que la figura del diputado Kaiser hizo ver “más moderado” al líder del Partido Republicano, la parlamentaria electa sostiene que sí, pero porque “hubo una construcción” de una imagen de que él era más extremo. “Es divertido porque los libertarios, en muchas materias, somos mucho más relajados que los conservadores”, dice.

Vanessa, la “más extrema” de los Kaiser

—Ha dicho que es “la más extrema” de sus hermanos. ¿Por qué?

Porque estamos viviendo en un mundo en el que las personas, gran parte de la gente, está convencida de que existe algo llamado patriarcado. Por lo tanto, yo soy la persona que puede decir lo que un hombre no puede decir. Si yo dijera que (Jeannette) Jara es (Michelle) Bachelet con esteroides, no me llegaría ninguna querella por violencia de género. Entonces, en la práctica, yo soy la más extrema de mis hermanos, porque como soy mujer, entonces tengo un manto de santidad.

—Su hermano Axel Kaiser negó la existencia del pinochetismo porque dice que no tenía una ideología. ¿Usted comparte esa afirmación?

La verdad es que me sorprendió en términos de que tiene razón, no lo había pensado. Sí, la comparto porque cuando tú hablas del nazismo, el marxismo, ahí hay ideología. Pinochet era un señor militar no más, que en realidad lo convencieron de aplicar el plan del ladrillo, que era un modelo económico diseñado inicialmente para un eventual segundo gobierno de Jorge Alessandri, incluso por personas demócrata cristianas que habían sido fuertemente influenciadas y también se habían vinculado con los Chicago Boys (…) eso fue lo que implementó Pinochet, en un principio con medidas de shock, evidentemente, porque había que recuperar la economía, así como lo está haciendo (Javier) Milei en Argentina. No puedes recuperar las cosas si es que vas demasiado lento, pero me parece que no hay ideología de Pinochet (…) de hecho, es un gobierno cívico-militar porque justamente todo el trabajo, más bien en el plano ideológico, lo hicieron los civiles, los militares no están entrenados para eso.

—¿Y cómo definiría a quienes hoy hacen apología a su figura? Se les vio en celebraciones tras el triunfo de Kast. ¿No serían pinochetistas?

Es que ser pinochetista es ser fanático de una figura, es idolatrar una figura o considerar que esa figura tiene un gran valor y, por lo tanto, añorar la presencia en el mundo humano de esa figura. Hay fanáticos de artistas, de deportistas y aquí hay fanáticos también de un señor como el señor Pinochet o como el señor (Salvador) Allende, fanáticos de Allende hay muchos también.

El “Golpe de Estado” de 2019 y el próximo gobierno de Kast

—Para usted, ¿lo del 2019 fue un Golpe de Estado?

Sí (…) para mucha gente fue un Golpe de Estado.

—Pese a los desórdenes, no hubo un derrocamiento ni quiebre institucional, entonces, ¿cuáles son sus razones para afirmar que hubo un Golpe de Estado?

Las mismas que tiene Sergio Micco, describir los hechos y la realidad. Estuvieron a punto de tomarse La Moneda, estuvieron a 7 votos de destituir al Presidente de la República (…) esto es un hecho y los desórdenes, que no son desórdenes, es el llamado estallido social, que está muy bien porque la gente estaba muy enojada, sirven de condiciones materiales para efectuar un Golpe de Estado con estaciones de metro quemadas prácticamente en un día, quemando Chile de Arica a Punta Arenas durante dos meses y sirve también para esa declaración que hizo (Jaime) Quintana de que ahora Piñera iba a tener que aceptar un parlamentarismo. Si eso no es un golpe de Estado, entonces explíquenme en qué país del mundo a usted le queman estaciones de metro en su metrópolis y usted dice “no, son manifestaciones de desórdenes y qué sé yo”. Eso está totalmente organizado. ¿Sabe lo que significa quemar una estación de metro? ¿Cómo se quema? No se quema echándole acelerante al cemento. Esto se quema echándole acelerante a los sectores donde están concentrados los cables recubiertos de plástico. Eso tú tienes que estudiarlo durante meses para poderlo hacer. Entonces, si nosotros los chilenos queremos seguir auto-engañándonos por algún tipo de políticas editoriales que existen, o porque nos da miedo ver la verdad o lo que sea, nos va a volver a pasar y eso es lo que yo no quiero que ocurra.

—¿Cree que podría pasar en el gobierno de José Antonio Kast?

Yo creo que aquí hay dos elementos super importantes. Las condiciones materiales en Chile para que esto vuelva a ocurrir se pueden llegar a volver a producir en el caso de que la oposición, que nosotros sabemos cómo va a ser, logre copar los medios de prensa porque ven su beneficio. Yo también soy periodista, sabemos que el titular que más vende es el que atrae como agresivo (…) el que vende es el que dejó la tendalada. Entonces, la oposición decontruida del Frente Amplio y muy disciplinada del Partido Comunista saben cómo manejarse mediáticamente. Si ellos logran intoxicar a la gente, como lo hicieron con el octubrismo, de aquí a dos años por ejemplo, y el dictador nuevo en vez de caer se fortalece, estarían dadas las condiciones materiales otra vez para que nos hagan un Golpe de Estado similar.

—Ud. propone el Estado de Sitio Localizado en la Macrozona Sur, ¿sería solo en algunas comunas?

Claro porque no se puede seguir teniendo a la región entera con sus derechos fundamentales suspendidos, esto es una crueldad. La novena región tiene zonas super turísticas, desde afuera quieren viajar y ven que está en rojo y en Estado de Emergencia permanente. La gente no se anima, esto está generando un tremendo daño en la región. Además sería Estado de Sitio acotado, no solo en términos territoriales, sino también en términos temporales. Eso es iniciativa del Presidente, yo lo propongo.

—¿Qué tan factible ve que desde el gobierno de Kast se adopten ese tipo de iniciativas?

Lo que pasa es que para mí, dado que el gran problema del que José Antonio Kast se tiene que hacer cargo para tener un gobierno exitoso y evitar justamente que se produzcan de nuevo estas condiciones materiales que faciliten un eventual nuevo golpe de Estado, si él no se hace cargo y no toma el toro por las astas y desde el primer día no interviene de forma drástica y radical, y limpia de terrorismo… entiéndase bien, el Estado de Sitio es retomar la presencia estatal en esos territorios donde hoy día el Estado es un Estado fallido. Eso es lo que es. Entonces, es devolver el imperio del derecho. Eso depende de que las personas que hoy día empuñan las armas entiendan que tienen que entregar las armas y tienen que —por la buena— someterse a los procesos judiciales y si no lo hacen por la buena, aplicar la fuerza racional del Estado es lo que corresponde. No corresponde otra cosa. Ahora, si José Antonio como Presidente no lo hace y se mantiene la situación en la Araucanía, la señal que él va a dar a todas las fuerzas antidemocráticas del país es que tiene mano blanda y entonces muy probablemente le van a hacer un Golpe de Estado y eso es lo que no le puede pasar.

La futura coalición oficialista en el Congreso

—A su juicio, ¿cómo debería ser la nueva coalición oficialista? ¿Qué partidos deberían integrarla?

Yo entré a ser senadora porque amo mi país y voy a hacer todo lo que pueda, a pesar de que no es un pega muy grata, y me gustaría que las personas que formaran la coalición, con independencia de si estuviese incluso alguien como Óscar Landerretche, lo hicieran por amor a su país. Y cuando uno tiene que sumarse, se suma, cuando tiene que restarse, se resta. No estoy hablando de cheques en blanco, estoy hablando de tener un norte claro, que el Presidente sea capaz de liderar y que estemos todos de acuerdo en que ahí es donde queremos llegar (…) no puedo dejar de esperar que se tenga altura de miras. De nuevo, no es un cheque en blanco, es establecer entre las fuerzas democráticas un objetivo. De ahí, lograr el objetivo de recuperar el país del crimen organizado, del terrorismo, de la debacle económica y de natalidad, de la deconstrucción cultural de la que ha sido objeto y de la destrucción de la educación. Logrado por lo menos esos pilares, y por supuesto que también el restablecimiento del Estado de Derecho y limpiar el Poder Judicial, nosotros de ahí pongámonos a discutir si más o menos Estado, más políticas sociales o menos. Pero en el fondo tiene que ser en torno a la recuperación del país y quienes quieran sumarse a eso, que lo haga genuinamente porque el día que triunfe un Golpe de Estado como el del 18 de octubre, nos vamos a haber perdido Chile.

—¿Consideraría al Partido de la Gente en una coalición?

Sí, claro. Lo que pasa es que el Partido de la Gente tiene el problema hoy día de que tomó el liderazgo, si no me equivoco, tomó liderazgo de la bancada Pamela Jiles.

—De la bancada no, pero sí es un liderazgo importante en la colectividad.

Claro y lo que pasa es que Pamela Jiles fue la vocera de la primera línea en el Congreso (…) yo no sé por qué estamos tan lentos en nuestro país para darnos cuenta de lo que nos pasa y qué es lo que nos han hecho. Como no hemos integrado en el imaginario que el estallido fue condiciones materiales para dar un Golpe de Estado a un gobierno democráticamente electo, entonces quienes hablan con Pamela Jiles —o se vinculan con ella— no entienden que están hablando con alguien que decidió representar a la primera línea, es decir, al sector golpista criminal y violento en el Congreso. Ella misma lo dijo. Puede que me equivoque, pero creo que ninguno de los diputados, que yo sepa, ninguno es de la primera línea.

Aquí hablamos mucho de pinochetismo, pero hablemos de los terroristas del otro lado (…) levantó el puño izquierdo y se puso su capucha de Pikachu.

—¿La figura de Pamela Jiles complicaría la relación de su partido con el PDG?

No, complicaría la consecución del norte de rescatar al país si ella lo que quiere es lo opuesto.

—En el Senado se vislumbra un empate de fuerzas. ¿Con qué ánimo ve la necesidad de acuerdos? ¿En qué materias y con quiénes cree que se podría llegar a un consenso?

Yo creo que lo primero que hay que hacer es limpiar nuestra política del emotivismo político. Aquí uno no tiene que estar votando por emociones, uno tiene que estar votando por razones de manera técnica, responsable, de forma tal que la política pública beneficie a la gente que quiere beneficiar. Entonces, me parece que hay que recuperar, lo voy a decir así como para que le saque harta roncha a la gente de ultraizquierda, hay que recuperar los criterios neoliberales. De eficiencia, de eficacia, de tecnocracia y más preocupación por la gente, menos emotividad, victimismo y hedonismo de parte de los políticos, además de todos los intereses velados a través de lobistas, etc. Yo creo que basta con todo eso. O sea, si yo me metí en esta cuestión, de verdad a mí me da lo mismo que me funen el resto de mi vida, que me odien, que me persigan… me da lo mismo.

—¿Y desde el Partido Nacional Libertario, ¿cuáles serían las prioridades legislativas y en particular, qué cosas se pueden negociar y qué otras son innegociables para ustedes hoy?

Voy a partir por lo segundo. Nosotros somos Nacional Libertario, por lo tanto, todo lo que implique una cesión de soberanía de nuestros ciudadanos a organismos internacionales, o a cualquier entidad que horade nuestra democracia, es un límite y una línea roja. Nosotros no queremos ceder, queremos recuperar la soberanía que se ha cedido porque aquí tenemos democracia y el que manda es el pueblo a Chile (…) si tú le entregas la potestad de defender la seguridad de los chilenos a entidades extranjeras que vienen y ante cualquier situación de violencia, si un carabinero levanta el arma y lo van a perseguir el resto de la vida por crímenes de lesa humanidad, entonces eso no está en beneficio a los chilenos. Nayib Bukele se tuvo que echar encima a todos los organismos internacionales para poder recuperar El Salvador de décadas de crimen organizado que tenía destruido el país.

Esto no es un tema de que porque uno ideológicamente es soberanista y le gusta… no, es que de verdad. Toda la nueva derecha comparte una recuperación para una sobería de sus países. Yo creo que con Republicanos estamos muy de acuerdo en temas migratorios y de seguridad (…) en general estamos muy de acuerdo en todo lo que es la recuperación del país y el proyecto. En lo que quizás no estamos tan en la línea es en el guiño que quizás podría llegar a exigirle Chile Vamos a Republicanos para formar la coalición, porque nosotros de verdad estamos acá porque amamos nuestro país y no estamos ni por cargos, ni por cuoteo, ni porque entonces hayan intereses velados.

—¿Considera que José Antonio Kast ha moderado su discurso? Marcando diferencia entre lo que fue como candidato y una vez ya electo. En ese contexto, estuvo la reunión con la expresidenta Michelle Bachelet. ¿Va en la línea correcta, o usted prefiere otro tipo de liderazgo?

No veo moderación del discurso y me alegra eso, veo que sigue siendo él porque no lo he visto hablar en inclusivo y no lo he visto estar prometiendo bonos. La visita a Bachelet es una visita estratégica… no nos olvidemos nunca que Salvador Allende cuando asumió, dijo “yo no soy el Presidente de todos los chilenos”. Cuando tú partes así, tú partes declarándole la guerra a aquellos de los cuales tú no eres Presidente. Está claro. Me parece que el gesto que hizo José Antonio Kast está muy a la altura del cargo, que es el Presidente de todos los chilenos (…) mi problema es que se trata de Bachelet, que es la retroexcavadora que nos tiene donde estamos (…) es el origen de todos nuestros males, para mí. Entonces, creo que ahí hubo un error porque Bachelet es impresentable por mucho que la prensa le haya lavado la imagen y espero que no hagan lo mismo con el señor Boric.

La figura de Johannes Kaiser y una eventual llegada a La Moneda

—Analistas políticos plantearon que su hermano Johannes hizo ver más “moderado” a Kast en esta elección. ¿Qué le parece esa lectura?

Lo que pasa es que sí, yo creo que tienen razón porque desde el punto de vista mediático, dado que Johannes es un candidato anti casta política y parte de los medios están en manos de la casta política, entonces se trató de construir una imagen de Johannes. En BioBioChile, (Alberto) Mayol publicó un artículo diciendo que Johannes era el Boric de derecha (…) hubo una construcción de imagen de que él era un ser super extremo y es divertido porque los libertarios, en muchas materias, somos mucho más relajados que los conservadores. Sin embargo, sí, se construyó esta imagen que es falsa, a mi juicio, no es una imagen real, pero se logró transmitir a la gente que Johannes era más extremo… en lo único que es más extremo es que él si estaba dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias en destapar todas las ollas de la corrupción en Chile, caiga quien caiga. En eso si es más extremo. Y yo creo que la gente que participó del estallido, y que podría eventualmente participar de otro, eso es lo que quiere. Entonces, si es que Kast no lo hace porque va a tocar teclas incómodas, etc, estoy segura que había más tranquilidad de parte de la casta con un Presidente que ya tiene más tiempo en política, que representa menos esta rabia y sensación del abuso de ciertos grupos y por eso se construyó esta imagen de que Johannes era más extremo.

—Y en ese sentido, ¿preparan el terreno para ser alternativa de gobierno en el futuro? ¿Johannes Kaiser 2030?

Me encantaría que también José Antonio tuviese una visión más de largo plazo. Sé que hoy día él tiene que estar muy instalado en lo inmediato, pero ¿quién sería su sucesor natural? Sería Johannes. Y ahí te puedo decir una cosa, el éxito de José Antonio tiene tres varas de medición: La primera la logró, que es llegar al poder; la segunda es mantenerse en el poder, vamos a ver si lo logra y haciendo los cambios o parte importante de los cambios que prometió; la tercera es entregarle la banda presidencial a alguien que pueda profundizar su legado. Y si hay alguien que lo puede hacer es Johannes. Entonces, a mí todas estas volteretas que se están dando ahora, de que sí, que no, que nunca te decides… desde mi punto de vista ha faltado densidad y seriedad en el abordaje de ciertos temas, y en cómo nos instalamos como interlocutores, me parece que atenta en contra de ese tercer pilar que lo transformaría en el gobernante de derecha más exitoso de la historia de este país, que sería entregarle la banda presidencial a un candidato de derecha.

—¿Con Johannes dentro o fuera del gabinete? ¿Tienen una evaluación sobre si le favorece o le juega en contra cada escenario?

Imagínate que Johannes entrara al gabinete siendo el hombre de confianza José Antonio Kast, el delfín que él quiere dejar con la banda presidencial puesta, eso lo cambia todo; en lugar de que Johannes entrara para transformarse en el chivo expiatorio de una izquierda rabiosa, antidemocrática, en un momento de quiebre institucional. Entonces la pregunta es, ¿cuál es el tablero de ajedrez?

—¿Y a usted le gustaría? O no.

Es una pregunta que requeriría hacer el análisis de primero ¿para qué y en qué condiciones lo quieren integrar? Segundo, ¿en qué gabinete? Porque para que sea ministro del Deporte o ministro de la Mujer… aunque en realidad como ministro de la Mujer estaría bueno (se ríe). Entonces, imagínate que, no lo van a hacer, pero estoy haciendo ficción, a Pamela Jiles en Hacienda… bajo ninguna circunstancia quiero que mi hermano sea ministro de nada. ¿Te das cuenta? Porque va a depender, si tú pones a gente proba y técnica, a gente muy capaz profesionalmente y no por motivos políticos y por intereses que nosotros sabemos, porque Chile Vamos está acostumbrado a eso y por eso recibió el castigo de la gente, si no nos olvidemos que nosotros le ganamos.

Entonces, si José Antonio cae en ese tipo de dinámica, se va a deslegitimar rápidamente y en ese contexto no me gustaría que Johannes fuese ministro de él.