El sociólogo e independiente Darío Quiroga, exintegrante del comando presidencial de Jeannette Jara (PC), hizo un balance tras la derrota de afirmando que, pese al resultado desfavorable frente al republicano José Antonio Kast, “ella era la candidata justa para este escenario, ninguna otra candidatura habría podido mejorar su performance”.
Incluso se refirió a la desventaja que pudo implicar su militancia comunista, asegurando que la suspensión de ésta era una decisión tomada, “y si legalmente hubiera podido hacerlo durante la campaña lo habría hecho”. A su juicio, la exministra logró maximizar las opciones del oficialismo en un escenario adverso, marcado por la seguridad como principal preocupación ciudadana y por el desgaste del oficialismo.
Quiroga debió salir del equipo en la antesala del balotaje, luego de que dijera sobre la hermana de Franco Parisi que “luego de que sus comentarios sobre la hermana de Franco Parisi y antecedentes de su pasado generaran un conflicto en la tienda”. Sin embargo, continuó colaborando de manera informal durante lo que restaba de campaña.
Ahora, en entrevista con La Tercera, admitió que la derrota presidencial era “muy previsible” dado el contexto político: seis elecciones consecutivas en que gana la oposición, un gobierno que enfrentó una agenda pública a la defensiva desde sus primeros días y un electorado mayoritariamente crítico del Ejecutivo.
“Nunca hubo mayores diálogos respecto a eso”, aseguró Quiroga, añadiendo que “Jeannette Jara desde el primer día que asumió el desafío estaba convencida, y lo repetía en público y en privado, de que se podía ganar. Eso es clave, porque tienes que tener esas ganas y esa fuerza, ya que es lo que te sostiene”.
Sin embargo, “eso no implica negar la realidad. Tenía claro que si se quedaba con los informes previos no debería ni siquiera haber participado en las primarias. Así que en ese sentido ella sí se la creyó mucho y eso permitió un resultado muy importante, incluso pese al voto obligatorio. Obvio que no alcanzó para ganar, pero hay una performance de la candidata y de alguna manera también de ideas, que lo representó. Ella era la candidata justa para este escenario, ninguna otra candidatura habría podido mejorar su performance”.
En ese marco, Quiroga sostuvo que Jara logró instalar una discusión de fondo sobre el ingreso vital, el rol del Estado y seguridad con políticas estructurales frente a una derecha que competía con ventaja, cuestionando las comparaciones que se hicieron inicialmente con la figura de la expresidenta Michelle Bachelet.
“El ejercicio de comparación que se hacía con Michelle Bachelet tiene una dimensión de halago y también puede ser un insulto velado cuando de alguna manera se planteaba que solamente tenía que ver con una cosa como de simpatía, pero en realidad era una versión como descafeinada, de segundo orden. El tránsito de la campaña demostró que eso quedó atrás y que hay un liderazgo distinto de Jeannette Jara. A algunos les podrá gustar, a otros cargar, pero no era Bachelet 2.0, es Jara 1″, recalcó Quiroga.
El peso del PC
El exasesor también reconoció que la militancia de Jara le pesó, matizando que “probablemente el Partido Comunista es de los partidos que menos se pasan en el electorado, pero me parece que terminó siendo medio irrelevante por el electorado que define esta elección”.
“En el panorama general, más allá de la militancia de Jeannette, Chile decidió en segunda vuelta entre una militante comunista y un militante del Partido Republicano, es decir, dos partidos que están en los bordes del arco político tradicional. ¿Por qué será eso? Probablemente, porque en realidad los temas de discusión no tienen que ver con estar más en el centro, sino con la capacidad de entregar respuestas a problemas acuciantes”, sostuvo.
A lo largo de la campaña, recordó que “si Daniel Jadue no hubiera estado con situación judicial pendiente, él habría sido el candidato del PC a la primaria, y como eso no se materializó, se generó sobre todo en el comienzo una tensión. En campaña encuentro que el PC se portó súper bien”.
Sobre la posibilidad de suspender su militancia en dicho partido, aseguró que esta opción fue “genuinamente” considerada: “Tenía claro que primero para gobernar necesita tener distancia, pero que también era importante dar una señal cuando el partido de ella es uno que está en uno de los bordes de la diversidad y que carga un cierto estigma, a mi juicio injusto. Estaba tomada la decisión, y si legalmente hubiera podido hacerlo durante la campaña lo habría hecho”.
En cualquier escenario, pese a la derrota por 17 puntos, Quiroga advirtió que “siempre he dicho que las distancias de segunda vuelta son más anecdóticas, porque en realidad el juego de posiciones es lo que sacas en primera vuelta”.
“Uno gana y el otro pierde. La pregunta es: ¿En el caso de José Antonio Kast, le da más fuerza para iniciar el trabajo del 11 de marzo? Boric ganó con más del 55% de los votos, pero se demostró desde el primer día que su apoyo era el 25% de la primera vuelta. Matthei perdió por más que Jeannette Jara ahora y eso no la inhabilitó como candidata, aún más, si no hubieran cometido los brutales errores que cometieron debió haber sido la presidenta de la República”, zanjó Quiroga.