El exdirector de Gendarmería, Christian Alveal, hizo un profundo análisis de cómo funcionan actualmente los centros penitenciarios, el ingreso y la incautación de droga, las tecnologías presentes en las cárceles, y los abusos sexuales a los cuales son sometidos algunos internos.

El exdirector de Gendarmería, Christian Alveal, se refirió a la polémica que generó la decisión de detener el uso de escáneres corporales en cárceles chilenas, medida que dejó sin efecto el Ministerio de Salud el lunes pasado tras diversas críticas.

En esta línea, el coronel Alveal conversó con Radio ADN sobre cómo funciona el crimen organizado en los centros penitenciarios y el cambio cualitativo de los últimos años.

“Muchas veces al interior de las cárceles ingresan armas, explosivos, drogas (…) si nosotros queremos hacer un esfuerzo para que las cárceles sean centros de reinserción y maximizar ese objetivo, claramente tenemos que alejar aquellos elementos prohibidos”, indicó el exdirector.

Lo anterior, “porque la droga no es que le sobre a quienes la trafican, sino porque quien la vende dentro de las cárceles se enriquecen, y quienes se enriquecen tiene un poder distinto. Y los poderes dentro de la cárcel generan violencia”, recalcó Alveal.

“Nosotros ordenamos una investigación para ver cuánta droga se requisaba en las cárceles de Chile. Entre el 2019 y el 2021, la cantidad de droga incautada en 2019 casi 180 kilos a casi 500 kilos el 2021. Se supone que lo que se requisa es el 20% de lo que ingresa”, detalló el exdirector.

El coronel también coincide en el diagnóstico de descoordinación entre los ministerios de Salud y Justicia, ya que esos implementos tecnológicos, como el “bodyscan”, son “esenciales”.

Polémica por el “bodyscan”

El exdirector de Gendarmería dijo que esta tecnología se debe concentrar en la población penal más compleja.

“(…) Entiendo que estos “bodyscan” están solo en 10 cárceles y donde están los criminales más complejos. Nos parece totalmente grave que donde están estos “bodyscan” llegara una resolución sanitaria que los prohibiera, justamente donde están los criminales más peligrosos”, consignó Alveal.

Agregando que “en una semana sin equipamiento, a lo mejor cuántas armas de fuego, drogas o explosivos podrían ingresar, y los costos quién los iba a asumir”.

Cambio cualitativo en las cárceles chilenas

En esa línea, Alveal ejemplificó el cambio cualitativo en el mundo penitenciario, señalando que “hay videos donde muestran internos incluso siendo obligados a hacerle sexo oral a otros internos”.

“Están grabados dentro de una cárcel y les mandan estos videos a las familias (…) y les solicitan una suma de dinero para evitar que este interno siga siendo agredido. Ese elemento que la misma familia te entrega como probatorio, realizas el procedimiento denunciándolo en al Ministerio Público”, precisó el funcionario de Gendarmería.

Sin embargo, aseguró que “los internos desisten de la denuncia porque hay temor, no solo adentro de la cárcel, sino por lo que puedan hacerle a las familias. Lo vemos muy lejano, en series de narcos de Netflix, pero los antecedentes que manejábamos del cambio cualitativo de la delincuencia son muy anteriores”.

Inhibidores de señal de teléfono

El exdirector de Gendarmería mencionó, además del “bodyscan” para el control en las cárceles, los inhibidores de señal de teléfono.

“A través de esos teléfonos no es que estén satisfaciendo necesidades de comunicación, que son legítimas, sino que son para practicar delitos. Si no asumimos esto de manera frontal, clara, vamos a tener, lamentablemente, la realidad de países donde prácticamente el Estado está fallido y el crimen organizado manda en las calles y en las cárceles”, precisó Alveal.

“El problema delictual hay que asumirlo como problema de Estado, no como de Gobierno particular (…)”, indicó el coronel.

BioBioChile intentó comunicarse con Gendarmería, pero hasta el cierre de esta nota no hubo respuesta.