Pese a no asistir a la cita de este lunes, el ministro Prokurica aseguró mediante un oficio enviado a la Comisión de Derechos Humanos del Senado que las Fuerzas Armadas han actuado "dentro de sus competencias y funciones", y que la reacción por la parodia a un general del Ejército "no han limitado ni restringido en forma alguna la libertad para emitir opinión y de informar". "No comunicar el malestar equivale a tolerar un menoscabo institucional", lanzó.

El ministro de Defensa, Baldo Prokurica, defendió este lunes la polémica carta y el comunicado que emitió el Ejército en contra del canal La Red, luego de una parodia realizada por un programa de dicha estación televisiva.

El controvertido escrito fue respaldado por la Armada y la Fuerza Aérea, en donde critican el sketch realizado por el programa “Políticamente Incorrecto”, en donde realizaban una parodia a un general.

“Me dirijo a usted para expresarle el malestar y rechazo del Ejército de Chile del programa Políticamente Incorrecto en el cual se simuló la entrevista a un integrante de la institución utilizando el disfraz de un supuesto programa satírico para proferir todo tipo de injurias en contra de los 45 mil mujeres y hombres que eligieron la profesión militar”, señalaba la misiva dirigida al director ejecutivo del La Red, Víctor Gutiérrez.

Tras el revuelto, la Comisión de Derechos Humanos del Senado citó este lunes al ministro de Defensa, Baldo Prokurica, a una sesión dedicada a revisar el derecho a la información y la libertad de prensa en nuestro país.

Si bien el secretario de Estado se excusó de participar por “materias propias de agenda”, envió un oficio respondiendo a lo sucedido con la carta y las declaraciones de las Fuerzas Armadas, que fueron duramente criticadas en medio de acusaciones de censura y de mostrar una conducta deliberante.

Prokurica descarta censura

En el escrito, al que accedió BioBioChile, Prokurica asegura que la carta y el comunicado “no afectaron en forma alguna la libertad de expresión, enmarcándose completamente en el cumplimiento de las obligaciones establecidas por la legalidad vigente con el objeto de defender la honra no sólo de la institución, sino que de los hombres y mujeres que la componen”.

“Los comunicados y la carta no han limitado ni restringido en forma alguna la libertad para emitir opinión y de informar”, señaló, agregando que “se siguió un alto estándar para precaver cualquier erosión o intimidación a la libertad de emitir opinión y la de informar”.

“Resulta evidente, dada la temporalidad de las actuaciones y declaraciones, que no ha existido intento alguno de censura previa”, asevera.

En ese sentido, el ministro de Defensa descartó que las declaraciones tengan la capacidad de intimidar o amenazar la libertad de prensa, sosteniendo que no “existe algún tipo de amenaza o intimidación en orden a utilizar alguno de los mecanismos que ofrece nuestro ordenamiento jurídico para este caso específico”.

“Por el contrario, se utilizan formas verbales que hacen llamados a la responsabilidad, a no denostar”, añade.

Incluso, Prokurica apunta a que las Fuerzas Armadas no pueden mantener silencio respecto a este tipo de situaciones. “No comunicar el malestar equivale a tolerar un menoscabo institucional”, afirma.

No hay deliberación

La legislación chilena establece que las Fuerzas Armadas y de Orden no son deliberantes. Y a juicio del titular de Defensa, en este caso no hubo deliberación, sino sólo se entregó una opinión respecto de la parodia.

“Resulta incorrecto e inconstitucional extender el concepto de no deliberación a una suerte de prohibición absoluta para emitir opinión, especialmente en materias en que existe una obligación legal al respecto, como lo es la defensa de la honra y dignidad de las Fuerzas Armadas”, indica en su texto.

“Más allá de la discusión acerca de la forma como se emitieron las opiniones en el programa de la red (programa de sátira), resulta evidente que el mismo afecta el derecho a la honra de los integrantes del Ejército”, dice.

“Las distintas ramas de las Fuerzas Armadas han actuado dentro de sus competencias y funciones y tienen el claro deber de defender sus valores fundamentales, y la omisión de dicha defensa, la haría incurrir en un gravísimo incumplimiento constitucional y legal”, señala Prokurica.

“Es nuestro deber cuidar nuestras instituciones, porque así estaremos cuidando a Chile y su historia. Dicho cuidad no significa generar restricciones a la libertad de expresión ni censuras previas, pero si la obligación de no callar frente a las imputaciones injustas, aunque hayan sido hechas bajo la forma de un programa satírico y utilizando la ironía, pero en que el sentido común indica sin lugar a dudas un ánimo de denostar la institución del Ejército”, concluye.