Tras un fallido proceso para nombrar a través de un concurso público al nuevo prosecretario del Senado, finalmente se desestimó el proceso que costó más de 8 millones de pesos y nombró al actual secretario de la comisión de Hacienda y director de comunicaciones, Roberto Bustos, como titular del segundo cargo más importante del Senado hasta el año 2022.

En los últimos días quedó en evidencia que existen procesos poco claros al interior de la Cámara Alta, ya que a la desvinculación de la exjefa de Finanzas, Cristina Araya, quien dijo haber recibido un trato vejatorio del secretario general Raúl Guzmán, se sumó la aparición de una cuenta paralela, no informada a la Dirección de Presupuestos tal como lo exige la ley y que pese a lo irregular, el presidente del organismo, Jaime Quintana, se apuró en afirmar que no constituía delito.

Pero el último episodio se vivió en plena sala del Senado, donde se procedió a elegir al nuevo prosecretario de la Corporación, cargo en el que fue designado Roberto Bustos Latorre, quien asume pese a no haber participado del concurso público convocado para proveer el cargo, mismo proceso que fue declarado desierto por la Comisión de Régimen Interno, en virtud de la falta de acuerdo político para designar a alguno de los finalistas.

Fue el senador socialista, José Miguel Insulza, quien exigió explicaciones y transparencia por el fracaso de un proceso que terminó designando a una persona que no participó de concurso, dejando en el camino a otros que en su opinión, cumplían con los requisitos para el cargo.

Desde la testera, Jaime Quintana aseguró que no se trató sólo de la falta de acuerdo político la razón por la cual se declaró desierto el concurso, sino que por unanimidad los comités determinaron que la persona que reúne los requisitos en esta etapa de modernización del Senado, es Roberto Bustos.

Sin embargo, el senador Carlos Bianchi desestimó que la decisión haya sido unánime, porque al menos los independientes no participaron del acuerdo.

Pero el senador y presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, desestimó que los participantes del concurso para el cargo no reunieran los requisitos, en especial Hernán Frigolett, quien obtuvo el mayor puntaje en la etapa de selección que llevó adelante una empresa de reclutamiento que facturó 8 millones de pesos por dicho proceso.

Y aunque el presidente del Senado, Jaime Quintana, deslizó que se trató de un tema de perfil profesional la decisión de declarar desierto el concurso, en las bancadas reconocen que todo se trató de la falta de acuerdo para nominar a alguno de los finalistas, algo que asumió en el hemiciclo el senador de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, bancada que proponía para el cargo al exdiputado, Aldo Cornejo.

Roberto Bustos, quien sin ser abogado es secretario de comisiones del Senado y director de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la Cámara Alta, ostenta uno de los sueldos más altos, remuneración que alcanzará casi 13 millones y medio de pesos mensuales cuando asuma el cargo de prosecretario hasta el año 2022.